
Las aerolíneas venezolanas han reaccionado con rapidez ante la reducción drástica de conexiones internacionales, impulsando nuevas rutas hacia Colombia y reforzando vuelos a puntos estratégicos de la frontera.
Este ajuste se da luego de que varias compañías extranjeras suspendieran sus operaciones debido a la alerta de seguridad emitida por Estados Unidos sobre el espacio aéreo venezolano, en medio de un clima de tensión por la presencia militar norteamericana en el Caribe.
Vicky Herrera, presidenta de la Asociación Venezolana de Agencias de Viajes y Turismo (AVAVIT), explicó a EFE que las empresas nacionales están intentando cubrir la demanda que dejaron las 12 aerolíneas internacionales que han cancelado vuelos desde y hacia Venezuela.
Laser, por ejemplo, incrementará a partir del 11 de diciembre su ruta Caracas-Bogotá a un viaje diario y ha organizado conexiones especiales a Curazao durante diciembre y enero de 2026 para facilitar enlaces posteriores hacia otros destinos. Turpial también anunció mayor frecuencia desde Valencia hacia Bogotá, además de la apertura de un nuevo trayecto que conecta con Medellín. Rutaca, por su parte, ya activó una operación regular entre Caracas y Bogotá tres veces por semana.
De las nueve aerolíneas que operan en el país, siete mantienen servicios hacia el extranjero, aunque algunas, entre ellas Estelar y la propia Laser, detuvieron sus vuelos a Madrid tras la recomendación de la Agencia Española de Seguridad Aérea de evitar el sobrevuelo sobre territorio venezolano.
Actualmente, las conexiones internacionales disponibles desde Venezuela incluyen México, Colombia, Panamá, Curazao, Cuba, China, Rusia, Brasil y San Vicente y las Granadinas, todas bajo operación de líneas aéreas locales.
El incremento de salidas hacia Táchira es otra medida que busca compensar la caída de la conectividad. Este estado fronterizo ahora cuenta con 39 vuelos semanales, cuatro más que hace pocas semanas, lo que facilita que los viajeros crucen a Cúcuta para tomar conexiones internacionales sin las restricciones que afectan al país.
La crisis aérea se desencadenó tras la advertencia emitida el 21 de noviembre por la Administración Federal de Aviación (FAA), al alertar sobre “riesgos potenciales” en el espacio aéreo venezolano y en el sur del Caribe. Esta decisión se produjo mientras Washington ordenaba un despliegue aeronaval en la región, presentado como un esfuerzo contra el narcotráfico. El gobierno de Nicolás Maduro, sin embargo, interpreta estas acciones como parte de un plan para desestabilizarlo.
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