Madrid.- Si hay algo cierto en la moda es que la mujer viste como le da la gana, bien sea por ilusión, comodidad, diversión o estado de ánimo, dependen exclusivamente de sus prioridades, de su placer, hay muchas feminidades, según se ha visto en las nuevas propuestas de Andrés Sardá y Agatha Ruiz de la Prada.

La pandemia, los meses de confinamiento y el teletrabajo pusieron de moda la ropa cómoda. Sin embargo, la tendencia ahora es otra, «las mujeres se visten como les da la gana, quieren fantasía, locura y diversión», explicó la directora creativa de la firma Nuria Sardá, encargada de inaugurar este jueves la 74 edición de la pasarela madrileña en Ifema.

«Vestimos todas las feminidades que existen, hay mil formas de ser mujer», afirmó Sardá, quien se incorporó a la empresa familiar a finales de la década de 1980.

La mujer quiere sentirse «bien y favorecida». Corren nuevos tiempos, hay una nueva manera de transmitir la feminidad, «la mujer dice lo que quiere cuando quiere, y a quien no le guste que no mire», añadió Sardá.

Pero sobre todo, «desean hacer lo que les de la gana y vestir como quieran», aseguró esta diseñadora, quien considera que «hay miles de maneras de trasmitir la feminidad».

En definitiva, «diversidad», una idea que vertebra su nuevo trabajo en el que aparecen prendas lenceras y diseños de baño en comunión con la tradición y el futuro de la cultura asiática.

«Esta colección es un viaje irreal por Oriente desde la perfeccionista tradición a la rompedora evolución de la cultura asiática», dijo Sardá quien con sedas, estampados, encajes, bordados y detalles de cristal de Swarovski protagonizan la parte mas conservadora y sofisticada.

Vinilos, charoles y tejidos tecnológicos son los encargados de representar el futuro más rompedor con prendas de baño, «con lo que se hace un guiño a la cultura manga», aclara Sardá, quien en esta ocasión ha utilizado tejidos y elementos reciclados.

Cree firmemente que uno de los valores de la sostenibilidad es la calidad de los materiales, «para que duren mucho tiempo y no se generen residuos», añadió Nuria Sardá, quien considera que hay que comprar «menos y mejor».

La sostenibilidad también está presente en las propuestas de Agatha Ruiz de Prada quien con esta colección reivindica el Made in Spain: «tenemos una gran industria, sabemos hacer las cosas», señalaron desde la firma.

La elección de las prendas dependerá de cada mujer, la ocasión y lo que le apetezca en ese momento y bajo esta mirada Agatha Ruiz de la Prada propone una extensa colección en la que prima el chándal rejuvenecido con lurex y lentejuelas.

Esta veterana diseñadora, que ha logrado crear un universo propio que excede, con mucho, el ámbito de la moda, dibuja sobre sus típicos corazones la sonrisa que por obligación tapa la mascarilla. Su intención no es otra que transmitir su eterno optimismo, que en esta ocasión también dibuja con flores tridimensionales.

La diseñadora también explora la idea de prendas de verano, fresquitas y cómodas, con conjuntos marineros de clara inspiración sesentera y vestidos tipo menina, así como faldas globo confeccionadas con flores tridimensionales.

Vuelven a ser un clásico los cortes trapecio con volumen, las sudaderas se combinan con todo y los conjuntos vaporosos de tul conviven con tops lujosos dorados, monos y vestidos de corte clásico con guiños deportivos.

Sus explosiones coloristas y sus icónicos estampados no pasan de moda; al contrario, se afianzan también en prendas masculinas como han lucido sobre la pasarela el cantante de trap Omar Montes, una nueva propuesta de Ágatha Ruíz de la Prada (Madrid, 1960) que también pone el foco en un mercado masculino.

 

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