Bogotá.- La interminable crisis de Siria, el culebrón del «brexit» y las protestas de Hong Kong, entre otras noticias, hacen muy difícil que América Latina ocupe un espacio en los noticieros del mundo. Sin embargo, la creciente inestabilidad del continente y los desastres naturales han reactivado el foco sobre la región, que está ganando terreno en el tablero informativo mundial.

El continente olvidado, en palabras del ensayista Michael Reid, regresa tímidamente a los titulares con sus habituales tópicos de violencia, populismo, devaluación económica, narcotráfico y esplendor musical. Esta vez por la puerta de servicio.

El fin de verano occidental siempre es triste. Y este año más. Sobre todo cuando la Amazonía arde en agosto y nadie mueve un dedo por evitarlo. Redes sociales y medios independientes pusieron la voz de alarma que despertaron del letargo a muchos líderes que todavía estaban en bañador.

Ante las primeras críticas, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, enarboló la bandera del Orden y Progreso y defendió ante la Asamblea de Naciones Unidas la propiedad brasileña de lo que se llama -erróneamente- el pulmón del mundo.

Como dice el dicho español, “A río revuelto, ganancia de pescadores”, otros países, como Bolivia, aprovecharon las malas formas del líder brasileño para evitar el foco mediático sobre los incendios que arrasaban el este del país.

Europa mostró su siempre moderada indignación, el mandatario de EE.UU., Donald Trump, no pudo evitar la foto con Greta Thunberg y China siguió contaminando.

PERÚ SORPRENDE

La inestabilidad política siempre atrapa titulares. En el caso de Perú durante poco tiempo. El enfrentamiento entre el presidente Martín Vizcarra y un Parlamento díscolo pudo provocar un incendio de primer orden. No fue así pese a que la Presidencia tomó la dudosa decisión constitucional de disolver el Congreso. Al final , la sangre no llegó al río Rimác y hay convocadas elecciones para el 26 de enero de 2020.

De las cenizas peruanas pasamos a la explosión real que estos días sufre Ecuador. En la última semana las galerías fotográficas de la prensa anglosajona han empezado a publicar imágenes de indígenas andinos en pie de guerra. Acostumbrados a las fotos de los verdes campos de fútbol europeos, las calles ardiendo en Quito son, sin duda, un cambio de color.

Un color que podía llamarse ‘FMI’ si existiera esa etiqueta en el código Pantone. Quizá la empresa de New Jersey (EE.UU.), Pantone, que creó un sistema de identificación, comparación y comunicación del color para las artes gráficas no lo haya ideado todavía, pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) tendría que tener una definición cromática para sus políticas en Latinoamérica.

En el caso de Ecuador se podría calificar de “rojo incendiario” por las consecuencias de la aplicación del paquete económico -inspirado por el FMI- que el presidente Lenín Moreno puso en marcha la semana pasada y que ha llevado a una parte de la sociedad a las calles.

La historia de Ecuador nos dice que un presidente que sube el precio de los combustibles tiene dificultades para permanecer en el cargo.

También pasa con gigantes latinoamericanos como Argentina. La mano del FMI ha sido determinante para aupar al candidato peronista Alberto Fernández, del Frente de Todos, con la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner de pareja, en la pista de salida a la Presidencia del país en las elecciones del 27 de octubre.

Ante esta agitación no es extraño que el chavista venezolano Diosdado Cabello hable ya de “una brisita bolivariana” que recorre América Latina y que nos devuelve a la ‘Marea Rosa” de principios de siglo cuando Hugo Chávez, Kirchner, Evo Morales y Lula gobernaban la región.

En la línea electoral no hay que olvidar que este mes, octubre, van también a las urnas Uruguay y Bolivia.

Del país oriental, la estabilidad es su marca y en estas elecciones puede haber un cambio hacia la derecha. Nadie duda de una continuidad sin sorpresas aunque el entorno está muy complicado.

En Bolivia, la fiesta tiene el color de la bandera inca y las encuestas prevén victoria y permanencia del presidente Evo Morales en las elecciones del 20 de octubre.

Ambos casos, Uruguay y Bolivia, parece que van a mantener el perfil bajo informativo a lo que nos tiene acostumbrados en esta parte del continente.

EL GRAN HERMANO

Más arriba, mucho más, en el istmo centroamericano, queda por ver el desarrollo de los nuevos presidentes de Panamá, Guatemala y El Salvador que, en cierta medida, dependen de la ira tuitera del presidente Trump.

La política de inmigración estadounidense ha puesto en cintura a Centroamérica y ha marcado el paso del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que, si bien tuvo un perfil diferenciado en el inicio de su andadura, las nuevas obligaciones fronterizas con el vecino del Norte -y el interés económico en el T-MEC – ha colocado a México en las primeras tapas internacionales como el policía útil y antipático del hermano gringo.

Entretanto, Venezuela, que durante meses ocupó la atención informativa, vive un cierto exilio de las primeras páginas. Después del efecto Guaidó, las conversaciones noruegas y el despido de John Bolton, el país con la mayor reserva petrolífera del mundo, sobrevive con la decreciente ayuda de los enemigos de EE.UU. y la paciencia de una disminuida población agotada pero resistente.

Igual sucede con Cuba o Nicaragua que, día a día, ocupan menos espacio en el discurso global pese a los esfuerzos de sus disidencias que buscan un escaparate para defender su libertad y su supervivencia en la agenda informativa mundial.

Frente a estos titulares políticos que buscan su lugar en el mundo, se suma el espacio cultural latino en el discurso global. Artistas latinoamericanos siguen copando las listas de música en línea, plataformas musicales y vistas en canales de vídeo.

Y puede haber sorpresas. Atentos al fallo del nobel de literatura que no nos depare esta semana la elección de un autor que escriba en el continente trata de no ser olvidado.

 
EFE

¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!

Facebook X Instagram WhatsApp Telegram Google Play Store