Los mamuts lanudos se caracterizaban por su pelaje y sus orejas pequeñas, estos y otros rasgos estaban ya codificados genéticamente en los primeros ejemplares, pero se fueron definiendo a lo largo de 700.000 años de existencia de la especie vagando por las estepas siberianas.
Un estudio de investigadores suecos que publica hoy Current Biology examinó y comparó genomas de mamuts lanudos, desde los primeros ejemplares a los más modernos, con otros de elefantes africanos y asiáticos actuales para descubrir lo que hacía a los primeros únicos, como individuos y como especie.
Los mamuts lanudos tenían algunos rasgos morfológicos muy característicos, pero hay muchas otras adaptaciones como el metabolismo de las grasas y la percepción del frío que no son tan evidentes porque están a nivel molecular, explicó el primer autor del estudio, David Diez del Centro de Paleogenética de Estocolmo.
El equipo dispuso de los genomas de 23 mamuts lanudos que habían vivido en los últimos 100.000 años, salvo el de uno que corresponde a Chukochya, uno los más antiguos conocidos, de hace unos 700.000 años.
El genoma de Chukochya permitió identificar genes que evolucionaron a lo largo de la vida de la especie, con lo que se puede afirmar que sus mutaciones específicas son únicas de los mamuts lanudos y no existían en su ancestros, agregó el también firmante Love Dalén.
El genoma de aquel primer ejemplar conocido compartía aproximadamente el 91,7 % de las mutaciones que provocaron cambios en la codificación de proteínas en los mamuts lanudos más modernos.
Esto significa que muchos de los rasgos que definen a la especie, incluido el pelaje grueso, el metabolismo de la grasa y la capacidad de percibir el frío, probablemente ya estaban presentes cuando divergió por primera vez de su antepasado, el mamut estepario, y fueron evolucionando.
Los primeros mamuts lanudos es posible que tuvieran «las orejas más grandes y su lana era diferente, quizá menos aislante y esponjosa que la de los mamuts lanudos posteriores». agregó Dalén.
El estudio identificó un gen con varias mutaciones que puede haber sido el responsable de sus orejas diminutas, pero también otros relacionados con la vida en ambientes fríos y que los comparten mamíferos árticos actuales no relacionados.
Algunos genes “muy evolucionados relacionados con el metabolismo y el almacenamiento de grasas también se encuentran en especies árticas como renos y osos polares, lo que significa que probablemente existe una evolución convergente de estos genes en mamíferos adaptados al frío», afirmó Díez.
Los mamuts lanudos más modernos también presentaban varias mutaciones inmunitarias en antígenos de células T que no se observaban en su antepasado y los autores especulan que estas pueden haber conferido una mayor inmunidad celular en respuesta a patógenos víricos emergentes.
En este estudio todos los genomas fueron encontrados en Siberia, pero los investigadores esperan poder comparar con otros mamuts lanudos de Norteamérica en un futuro.
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