Sao Paulo.- Los candidatos brasileños a las elecciones municipales de noviembre comenzaron este domingo una campaña atípica marcada por el coronavirus, la crisis económica y la ausencia de apoyos explícitos por parte del presidente Jair Bolsonaro.
Los aspirantes y sus partidos pueden desde este domingo divulgar su propaganda electoral, incluso en Internet, medio que se espera que sea clave en tiempos de pandemia, y hacer campaña en la calle, bajo una serie de recomendaciones sanitarias.
La cuarta mayor democracia del mundo se sumerge de esta forma en un proceso que durará mes y medio, y culminará con la renovación de los alcaldes y concejos en más de 5.500 municipios, en medio de la peor crisis sanitaria del último siglo, que aún sigue causando estragos en el país.
La pandemia, que deja más de 141.000 fallecidos, 869 el último día, y 4,7 millones de infectados, obligó al Congreso a aprobar una enmienda constitucional para aplazar los comicios, inicialmente programados para octubre y que ahora se celebrarán los días 15 y, en caso de una segunda vuelta, 29 de noviembre.
Según datos preliminares del Tribunal Superior Electoral (TSE), más de 542.000 candidatos se han inscrito para estas municipales, superando el récord alcanzado en 2016. Unos 148 millones de brasileños están llamados a las urnas.
Números que pondrán a prueba las medidas de distanciamiento social aún vigentes en muchas zonas del país.
EL FACTOR COVID-19
La Justicia Electoral ha hecho un llamado para evitar mítines que «pongan en riesgo la salud pública» y que, en caso de celebrarse, sean en «lugares abiertos y amplios», donde se mantenga la «distancia mínima de un metro» y se haga uso de mascarilla. También aconsejó a los partidos no distribuir panfletos entre los votantes.
Asimismo, el coronavirus amenaza la participación el día de las elecciones, para las que se ha creado un protocolo ad hoc a fin de evitar que los colegios se conviertan en focos de contagios.
Según una reciente encuesta del instituto Datafolha, uno de cada cinco electores de la ciudad de Sao Paulo, la más populosa del país y una de las más castigadas por la COVID-19, sopesa no ir a votar, a pesar de ser obligatorio, por miedo a infectarse.
Pero la pandemia también puede influir en el desempeño de los candidatos, especialmente en aquellos que optan a la reelección, que se acercan a los 22.000, según el TSE, pues en función de la evolución de la pandemia o de las medidas que tomen hasta entonces podrán ser castigados o entronizados por los electores.
En el caso de Sao Paulo, el profesor de filosofía política Luiz Bueno, de la Facultad Armando Alvares Penteado (FAAP), cree que, por ejemplo, la vuelta a las aulas puede impulsar al actual alcalde de la capital paulista, Bruno Covas, segundo en los sondeos.
«Las personas sentirán que su vida va volviendo a la normalidad y eso puede tener un impacto positivo para él», explicó.
No obstante, alertó de la posibilidad de que algunos dirigentes municipales tomen decisiones «de cálculo electoral», pensando «mucho más en la opinión pública que en el efecto sanitario».
Todo ello en un contexto de grave crisis económica. Según las últimas previsiones, el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil caerá un 5 % este año, una caída histórica que ya ha disparado el índice de desempleo a un nivel récord por encima del 14 %, equivalente a unos 13,7 millones de personas en busca de trabajo.
EL OTRO VIRUS: LAS NOTICIAS FALSAS
El presidente del TSE, el juez de la Corte Suprema Luís Roberto Barroso, alertó este sábado en un pronunciamiento en radio y televisión que, además del SARS-CoV-2, los brasileños tendrán que enfrentar otro virus capaz de «comprometer la democracia».
«Se trata de las noticias falsas, de las campañas de desinformación y difamación», indicó Barroso.
La diseminación en masa de las llamadas «fake news» ya fueron un problema serio en las elecciones presidenciales de 2018 que llevaron al poder al líder ultraderechista Jair Bolsonaro. Una comisión parlamentaria investiga el asunto, así como la Justicia Electoral.
BOLSONARO AL MARGEN ¿HASTA CUÁNDO?
El mandatario se desvinculó a finales del año pasado del Partido Social Liberal (PSL), la plataforma con la que ganó los comicios de 2018, y desde entonces ha intentado crear sin éxito su propia formación, Alianza Por Brasil.
El jefe de Estado, que goza de una popularidad del 40 %, récord desde que empezó su mandato, el 1 de enero de 2019, adelantó que se mantendría al margen de la contienda municipal porque, según dijo, está centrado en la pandemia, de la que niega su peligrosidad, y la recuperación económica.
Sin embargo, esta semana modificó su postura y admitió que, llegado el caso, podría anunciar su apoyo a candidatos afines para decantar la balanza a favor de estos.
Bolsonaro citó los casos de Sao Paulo, Manaos y Santos y ya ha empezado a dar las primeras señales en ese sentido.
El sábado, antes de que saliera del hospital en el que ingresó un día antes para la extracción de un cálculo renal, posó en una fotografía junto con el conservador Celso Russomanno, líder en los sondeos para la Alcaldía de Sao Paulo, ahora en manos del socialdemócrata Covas.
Carlos Meneses Sánchez EFE
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