La contaminación ambiental podría ser causante del aumento de crímenes violentos en Estados Unidos. Así lo demostró un equipo multidisciplinario de investigadores de la Universidad Estatal de Colorado, que estudió la relación entre la calidad del aire y la agresividad, que deriva en delitos categorizados como asaltos.
“Los resultados demostraron que un aumento de 10 microgramos por metro cúbico en la exposición en el mismo día a PM2.5 se asocia con un aumento del 1.4% en crímenes violentos”, adelantó el portal de esta casa de estudios.
Las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2.5) es un indicador de la contaminación urbana, establecido por Organización Mundial de la Salud.
Además, vincularon el incremento de 0.01 partes por millón en la exposición al ozono en el mismo día con un alza de 0.97% en delitos violentos y un aumento de 1.15% en agresiones.
“Cuando estás expuesto a más contaminación, te vuelves marginalmente más agresivo”, explicó Jude Bayham. El economista es coautor de la investigación junto a Jesse Burkhardt, profesor del Departamento de Economía Agrícola y de Recursos; Ander Wilson en el Departamento de Estadística; y expertos en contaminación del aire en ingeniería civil y ciencias atmosféricas.
Contaminación por condado
Para llegar a esta conclusión, los investigadores cruzaron tres datas de siete años:
- La actividad criminal diaria del Sistema Nacional de Informes Basado en Incidentes administrado por el FBI.
- La contaminación diaria del aire por condado desde el 2006 hasta 2013, recolectada por la Agencia de Protección Ambiental.
- Los informes diarios sobre incendios forestales, a través de imágenes satelitales, proporcionadas por el Sistema de Mapeo de Peligros de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
“Estamos hablando de crímenes que quizás ni siquiera sean físicos, puedes atacar a alguien verbalmente”, comentó Bayham. Estadísticas del FBI, utilizadas por los investigadores, clasifican como agresiones a un 83% de los delitos violentos registrados en su base de datos.
Sin embargo, la investigación no explica cómo opera el mecanismo fisiológico entre la agresividad y respirar aire contaminado.
Agencias
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