Fráncfort.-El fabricante automovilístico de la gama alta Audi ha reducido en 2020 el beneficio neto solo un 4,3 %, hasta 3.774 millones de euros, pero el beneficio operativo disminuyó hasta 2.569 millones de euros, un 43 % menos que en 2019, debido a la caída de las ventas por la pandemia.

Audi ha informado este jueves de que la facturación bajó hasta 49.973 millones de euros (-10,2 %).

El margen de rentabilidad operativa sobre las ventas de Audi ha caído hasta el 5,1 % (8,1 % en 2019) después de la bajada de las entregas hasta 1.692.773 unidades (-8,3 %).

Las entregas y la facturación bajaron mucho en el primer semestre, aunque el segundo semestre fue más fuerte y, en concreto, el cuarto trimestre fue muy bueno, por la recuperación primero en China y después en Europa y EE. UU.

El resultado operativo antes de extraordinarios se duplicó en el cuarto trimestre.

La marca de los cuatro anillos tuvo unos extraordinarios negativos de 170 millones de euros por la manipulación de las emisiones de los vehículos con motor diésel.

Su resultado financiero aumentó el pasado ejercicio hasta 1.618 millones de euros (+126,9 %) por el buen resultado de la marca Audi en China, donde las entregas subieron el año pasado un 5,4 % porque a partir de marzo se produjo una recuperación.

Además, el resultado financiero estuvo influido por ingresos de 589 millones de euros por la venta interna dentro del consorcio de Audi Electronics Venture.

En Martorell, donde Seat produce desde 2011 para Audi, la producción de los modelos A1 citycarver, el A1 Sportback, y el RS 3 Sedan se redujo el año pasado hasta 62.108 unidades (81.309 en 2019).

Audi, que tiene liquidez neta por valor de 22.377 millones de euros, se va a centrar en la movilidad eléctrica y en 2021 más de la mitad de los nuevos modelos introducidos son eléctricos o híbridos.

De este modo este año Audi va a duplicar su oferta de modelos completamente eléctricos.

La marca de los cuatro anillos se muestra «cautelosamente optimista» respecto al 2021, cuyo resultado dependerá de la evolución de la pandemia y del suministro de semiconductores.

Muchos productores han tenido que interrumpir su producción automovilística a comienzos de este año por la falta de semiconductores.

Debido a la caída de la demanda de la industria automovilística en las primera etapas de la pandemia, los fabricantes de semiconductores orientaron su producción de chips a otros sectores y ahora hay una escasez de este componente para el sector del motor.

El consejero delegado de Audi, Markus Duesmann, calcula que por ello en el primer trimestre han producido 10.000 automóviles menos, pero a lo largo del año recuperarán esta cantidad.

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