París.- La Unesco «movilizará a la comunidad internacional» para la reconstrucción del patrimonio cultural de Ucrania una vez que el conflicto termine, anunció su directora general, Audrey Azoulay, en una entrevista con EFE.

La Unesco, que ya ha realizado procesos de reconstrucción similares en Mostar (Bosnia) o Mali, y ahora lo está haciendo en Mosul (Irak), ha contabilizado hasta el momento «más de un centenar» de bienes culturales parcial o totalmente destruidos en Ucrania.

Por ahora, la organización está realizando un seguimiento de los daños en Ucrania, para lo que usa satélites y otros medios a fin de catalogar las destrucciones, aunque en zonas que sufren intensos combates como Irpin o Mariúpol no puede hacer todavía una evaluación completa.

La Unesco también ayuda a documentar los bienes culturales que no están dañados para, en caso de que sean afectados más adelante, poder ayudar a su reparación, y además está entregando con urgencia a Ucrania materiales y equipos para mejorar la protección de esos lugares.

Entre los más de cien lugares dañados o destruidos figuran la Iglesia de la Natividad de Kiev (construida en madera), la catedral de Járkov o el Museo de Mariúpol, según las evaluaciones periódicas que divulga la Unesco.

La francesa Azoulay reconoció que la reconstrucción del patrimonio «no es prioritaria ahora, ya que hace falta salvar vidas y dar primacía a lo humanitario».

Pero sí confió en que «ese momento llegará y entonces la Unesco movilizará a la comunidad internacional con ese objetivo».

El ejemplo más reciente es Mosul, la ciudad del norte de Irak destruida en un 80 % tras la ocupación del Estado Islámico, entre 2014 y 2017, y donde la Unesco asumió el liderazgo para la reconstrucción con financiación internacional de su casco antiguo, incluyendo mezquitas e iglesias de gran valor histórico y sentimental.

RECONSTRUIR PARA DAR ESPERANZA

«La reconstrucción del patrimonio es muy importante para reparar la sociedad» que ha sufrido el conflicto y «dar esperanza a la población», afirmó Azoulay, quien destacó este ejemplo positivo de otras intervenciones similares.

Una cuestión peliaguda en la Unesco en las últimas semanas ha sido el aplazamiento sine die de la reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la organización, que se iba a celebrar en junio en Kazán (Rusia).

Esa decisión fue «la única solución posible en la situación política actual», reconoce Azoulay.

La cita de Kazán se acordó en julio del año pasado y, con el estallido de la guerra, un grupo de 46 países miembros de la Convención del Patrimonio plantearon que no acudirían si tenía lugar en Rusia o bajo presidencia rusa.

La decisión competía a los 21 países miembros del Comité, y no a la directora general, que fue consultada y actuó de mediadora. El pasado día 21 se acordó el aplazamiento sine die, algo que Azoulay considera «una decisión sensata».

Esa reunión debía tomar las decisiones sobre la inscripción de nuevos lugares como Patrimonio de la Humanidad, pero la responsable de la Unesco recordó que su posposición no afecta en absoluto a todo el trabajo de la organización en la protección del patrimonio a nivel mundial.

APOYO A LA PRENSA

Azoulay, que en noviembre fue reelegida para un segundo mandato de cuatro años al frente de la organización, destacó también el trabajo de la Unesco en apoyo de la prensa en la guerra de Ucrania.

«El trabajo de los periodistas en los conflictos es esencial porque la guerra es también informativa, y necesitamos de ellos para saber qué pasa, y por eso debemos protegerlos», afirmó para justificar este respaldo, que es mayor para los informadores locales.

Los periodistas ucranianos se vieron convertidos «de la noche a la mañana en reporteros de guerra» sin estar preparados para ello, explicó.

La Unesco colaboró con la Unión Nacional de Periodistas ucranianos para la traducción al ucraniano de su manual de seguridad para informadores en zonas de conflicto y en la distribución de cascos y chalecos protectores.

También ha apoyado la creación y el funcionamiento del Centro para la Libertad de Prensa creado por Reporteros Sin Fronteras en Leópolis, que apoya la labor de periodistas de cualquier nacionalidad en ese conflicto.

La directora general de la Unesco valoró también el reciente anuncio del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, durante una audiencia en un comité legislativo, sobre el deseo del actual Gobierno de Washington de retornar a la organización, de la que salió en 2019 durante la presidencia de Donald Trump.

«Hay una auténtica voluntad política de volver. Espero que se pueda concretar rápidamente a partir de ahora», confió.

Israel abandonó la Unesco poco después que Washington, por lo que Azoulay espera que, una vez que retorne EE.UU., el Gobierno israelí decida hacer lo mismo.

 

Rafael Cañas EFE

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