Roma.- La propuesta de bajar el impuesto sobre el valor añadido (IVA) para reactivar la economía tras la crisis del coronavirus, lanzada por el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, no cuaja en las filas del Gobierno, pero ha tenido buena acogida entre los ciudadanos y los pequeños comerciantes.
La crisis del coronavirus ha penalizado enormemente a la economía italiana y el Ejecutivo pronostica una contracción del 8 % para el conjunto de 2020, frente al leve crecimiento del 0,3 % que tuvo en 2019.
Para animar a las familias a comprar, Conte ha sugerido bajar el IVA, pero lo ha hecho con matices, reconociendo que todavía no hay decisiones tomadas y que la iniciativa «es costosa» para las arcas del Estado.
«Creo que es una buena solución que puede ayudar a dar un nuevo impulso al comercio y a la economía», ha afirmado hoy en declaraciones a EFE Giuseppina, que trabaja de panadera en un conocido mercado de Roma.
También Massimo, que es carnicero, cree que es una idea «correcta» y que una disminución del IVA permitirá que «se puedan bajar un poco los precios de los productos» y por lo tanto que la gente se anime a comprar más.
Pero no están tan convencidos los socios del Gobierno, empezando por el Partido Demócrata (PD, centroizquierda), pues el viceministro de Economía, Antonio Misiani, ha advertido públicamente de que «cada reducción de un punto porcentual a la tasa ordinaria, que es del 22 %, costaría 4.500 millones al año».
Más de 4 millones de euros que ganarían las familias en ahorro, ha recordado la asociación de consumidores Codacons, pero que dejaría de ingresar el Estado italiano.
Actualmente en Italia hay un IVA del 4 % para los bienes de primera necesidad, uno del 5 % para prestaciones socio-sanitarias y educativas, otro del 10 % para los bienes y servicios turísticos y algunos bienes alimenticios, y un cuarto para los demás productos y servicios que es del 22 %.
La asociación Codacons cree que bajar el IVA impulsaría el consumo y así lo creen también muchos ciudadanos italianos, como Maria Angela, que en declaraciones a EFE confía en que «se comprará algo más».
«No creo que vaya a haber más dinero (en los ahorros de las familias) pagando menos IVA, sino que quizá se gastará de otra forma, quizá se consuma algo más», señala.
Otra de las proposiciones de Conte es incentivar los pagos electrónicos mermando las obligaciones fiscales de los comerciantes o permitiendo a las personas que paguen con tarjeta que se desgraven el IVA, idea que atrae a Maria Angela, que argumenta que «es un modo muy inteligente para pagar», porque supone que haya menos dinero en circulación y también una menor evasión.
La evasión de impuestos es uno de los talones de aquiles de Italia, que pierde cada año 33.600 millones de euros por esta práctica fraudulenta, según datos de la Comisión Europea.
El PD y los otros socios del Ejecutivo, el Movimiento 5 Estrellas e Italia Viva, del ex primer ministro Matteo Renzi, apuestan por una reforma que reduzca la presión fiscal, medida apoyada también por el gobernador del Banco de Italia, Ignacio Visco, y por los sindicatos.
«Reducir el IVA no resuelve los problemas. Necesitamos una reforma fiscal que rebaje la presión a los trabajadores», ha declarado el secretario general de sindicato CGIL, el mayor de Italia, Maurizio Landini, igual que ha hecho en varias ocasiones en las últimas semanas el gobernador Visco.
De momento, el Gobierno italiano ha aprobado una bajada de impuestos que afecta desde este 1 de julio a 16 millones de trabajadores con ingresos anuales comprendidos entre los 28.000 y los 40.000 euros.
EFE
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