Jerusalén.– La solvencia de las autoridades palestinas está en entredicho por un déficit de unos 1.800 millones de dólares por la reducción de las ayudas internacionales y de liquidez desde que rechazaron el dinero que Israel les entregaba como parte de los fondos recaudados en su nombre, advierte hoy el Banco Mundial.

El crecimiento económico local pierde fuelle y «la severa restricción de liquidez» de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha afectado sus capacidades para pagar a funcionarios y proporcionar servicios públicos, alerta la entidad en un informe.

Ante esta realidad, las perspectivas económicas para los territorios palestinos «son preocupantes», remarca su director regional en Cisjordania y Gaza, Kanthan Shankar.

«La brecha financiera ha obligado a la ANP a acumular deuda de los bancos locales y atrasos» de pagos a empleados o proveedores privados, lo que ha creado «grandes desafíos de liquidez» que perjudican a la economía y a la población local.

Los ingresos totales en el primer semestre de 2019 fueron la mitad del monto recibido en el mismo período del año anterior, concreta la entidad.

«Se espera que la transferencia retroactiva de los impuestos a los combustibles realizada por el Gobierno de Israel en agosto de 2019» dé aire a la ANP para administrar sus gastos hasta finales de año, señala el informe.

El Banco Mundial añade que la situación económica podría mejorar «con acciones y colaboración entre las partes» e insta a que se transfiera «a la ANP la responsabilidad de los impuestos sobre el combustible», que hoy recauda Israel y que le supondría «una ayuda parcial» al comprender un tercio de sus ingresos fiscales.

Para ello, especifica, «se necesita llegar a un acuerdo más completo que cubra el mecanismo y la naturaleza de las deducciones israelíes de los ingresos por liquidación del futuro».

El informe se presentará el próximo 26 de septiembre en Nueva York en un encuentro del grupo internacional de donantes para Palestina (AHLC).

El estado financiero de las autoridades palestinas ha empeorado desde que el pasado febrero su liderazgo rechazó recibir el dinero que Israel le entregaba a la ANP como parte de los fondos que recauda en su nombre.

El rechazo se produjo en protesta por la implementación de la ley israelí que retiene una parte proporcional de los fondos que recauda para la ANP, al argumentar que los palestinos destinan parte del dinero para pagar a presos en las cárceles israelíes, algunos con delitos de sangre, que son «considerados terroristas».

EFE

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