Bruselas.- El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, celebró este jueves que el Consejo de Seguridad de la ONU extendiese ayer por unanimidad el mandato de la misión militar europea EUFOR Althea en Bosnia y Herzegovina.

«La operación EUFOR Althea continua apoyando un entorno seguro en Bosnia y Herzegovina, que es necesario para avanzar en el camino (del país) hacia la UE», escribió Borrell en su cuenta oficial de Twitter.

Además, el portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano, dijo hoy en rueda de prensa que el mandato de la misión militar es apoyar a las «fuerzas unidas» de Bosnia y Herzegovina.

Stano hizo así referencia a las amenazas del líder político serbobosnio, Milorad Dodik, miembro de la presidencia colegiada del país, de retirar las tropas serbias del Ejército central para formar uno propio.

Precisamente, el alto representante internacional para Bosnia y Herzegovina, Christian Schmidt, alertó en un informe filtrado parcialmente ayer por varios medios bosnios que de cumplirse las amenazas de Dodik, «volvería el reloj 15 años atrás».

Aseguró también que sin una respuesta de la comunidad internacional en Bosnia, «las posibilidades de nuevas divisiones y conflictos son muy reales», no solo en ese país sino para toda la región de los Balcanes Occidentales.

Bosnia sufrió una guerra entre serbobosnios, bosniomusulmanes y bosniocroatas entre 1992 y 1995 que terminó tras los Acuerdos de Paz de Dayton.

Ese pacto estableció que Bosnia y Herzegovina está formada por dos entidades autónomas -la República Sprska de Serbia y una federación de croatas y musulmanes- unidas por un gobierno central.

En los últimos meses han aumentado las tensiones nacionalistas, promovidas principalmente por Dodik, que quiere recuperar algunas competencias como las tropas propias o la judicatura, negando al mismo tiempo que su intención sea la de generar conflicto.

Las demandas serbobosnias aumentaron desde que en julio pasado, el predecesor de Schmidt, Valtentin Inzco, prohibiera con una ley la negación del genocidio de Srebrenica, en el que el ejército de la república Sprska, liderado por el entonces general Ratko Mladic, mató a 8.000 musulmanes.

El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia ratificó el pasado mes de junio la condena a cadena perpetua a Mladic por la matanza de Srebrenica.

Desde que Schmidt asumió el cargo, Rusia se ha negado a reconocerlo y ayer impidió que presentara su informe sobre Bosnia en el Consejo de Seguridad, a cambio de votar a favor de extender el mandato de la misión militar.

 

EFE

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