Melbourne.-La estadounidense Jeniffer Brady (22) buscará la revancha en la final del Abierto de Australia ante la japonesa Naomi Osaka (3), invicta desde hace más de un año, después de que la nipona se impusiera en tres sets en las semifinales de la última edición del Abierto de Australia.
«Cuando salga ahí fuera, ella no va a pasarme por encima. Cuando salga a la pista tengo que tener la mentalidad de que no estoy por debajo de ella. Tengo opciones de ganar», comentó Brady después de superar en tres sets en semifinales a la checa Karolina Muchova (25) y convertirse, de esta forma, en la séptima tenista que se estrena en una final de Grand Slam en las últimas nueve ediciones.
Superó por lo tanto su mejor registro en competición ‘major’, que databa de las semifinales en las que tropezó en Flushing Meadows con la que será su rival en la final en Melbourne Park, y tendrá la oportunidad de proclamarse como la segunda estadounidense que levanta el título a orillas del río Yarra de forma consecutiva, después de la corona conseguida por su compatriota Sofia Kenin en 2020.
En su camino hasta la final tuvo que imponerse a la española Aliona Bolsova, la estadounidense Madison Brengle, la eslovena Kaja Juvan, la croata Dona Vekic (22), la estadounidense Jessica Pegula y la checa Muchova.
Por su parte, la japonesa Osaka, campeona de tres coronas Grand Slam (2 Abiertos de Estados Unidos y un Abierto de Australia), atravesó unos cruces más exigentes después de despedir a la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, la francesa Caroline García, la tunecina Ons Jabeur (27), la española Garbiñe Muguruza (14), la taiwanesa Su-Wei Hsieh y la estadounidense Serena Williams (10).
La nipona vive uno de los momentos más dulces de su joven y exitosa carrera al acumular más de un año sin perder un partido oficial.
Su última derrota data de su tropiezo en eliminatoria de Fed Cup ante España cuando cayó con Sara Sorribes Tormo por un contundente 6-0 y 6-3.
Desde entonces, se impuso en todos los encuentros relativos a los torneos que disputó (Cincinnati, Abierto de Estados Unidos, Gippsland Trophy y Abiertos de Australia), a pesar de que tanto en Cincinnati como en Gippsland Trophy no pudiera levantar la corona tras abandonar por lesión antes de disputar la final.
Osaka, que nunca perdió una final de Grand Slam, tendrá la oportunidad de convertirse en la duodécima mujer en levantar en más de una ocasión el trofeo Daphne Akhurst Memorial.
La japonesa llegará más curtida a la final al haber superado partidos con nivel de final Grand Slam de los que salió reconfortada mentalmente, como aquel en octavos de final ante la española Garbiñe Muguruza (14) en el que tuvo que salvar dos pelotas de partido al saque durante el transcurso del último set.
«La experiencia de haber jugado este tipo de finales es importante porque puedes utilizar aquellas cosas que aprendiste sobre errores que cometiste en situaciones similares», explicó la tercera clasificada mundial.
Osaka podría escalar un puesto en la lista WTA y pasar a ser la número dos en el caso de levantar el título, mientras que la estadounidense Brady entrará entre las mejores veinte del mundo independientemente del resultado que obtenga este sábado.
La final ser comenzará las 9.30 CET en la pista Rod Laver Arena que albergará público por tercer día consecutivo después de que no contara con espectadores en sus gradas durante cinco días por el confinamiento al que se sometió la ciudad de Melbourne.
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