Río de Janeiro.- Investigadores brasileños corren contra el tiempo para desarrollar y fabricar respiradores con tecnología propia y a un valor quince veces menor al del mercado, y uno de los proyectos prevé la entrega en mayo de 1.000 de estos equipos, los más urgidos en todo el mundo para atender pacientes de COVID-19.
Al menos cuatro núcleos universitarios de Brasil trabajan en el desarrollo de respiradores que puedan sustituir a los importados desde China y que están agotados en todo el mundo, pero el que está más avanzado es el de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), que ya tiene un prototipo que comenzará a probar este sábado.
«Nuestra expectativa es tener el primer respirador funcionando en un hospital en cerca de un mes y entregar 1.000 a finales de mayo, pero estamos buscando otras soluciones para intentar acelerar esos plazos, ya que los equipos son muy urgentes», dijo a EFE Jurandir Nadal, coordinador del Laboratorio de Ingeniería Pulmonar y Cardiovascular de la Coppe/UFRJ y responsable del proyecto.
El investigador, profesor del Programa de Ingeniería Biomédica de la Coppe/UFRJ, explicó que su equipo desarrolló hace tres semanas un primer prototipo con condiciones para atender pacientes en estado crítico, pero que las primeras pruebas mostraron algunos problemas.
«Trabajamos a partir de ese primer modelo y, con piezas hechas en impresoras de tres dimensiones, concluimos el martes un nuevo prototipo viable y seguro para los pacientes. Lo probaremos a partir de este sábado con un simulador mecánico de pulmón para poder hacer el próximo fin de semana pruebas definitivas con pacientes graves internados en el hospital universitario», agregó.
El proyecto de la universidad de Río se propone crear un modelo de respirador mecánico de forma sencilla, rápida y barata, con recursos disponibles en el mercado nacional y que pueda ser reproducido en masa.
«Se trata de un proyecto abierto, sin registro de derechos, por lo que puede ser copiado sin costo en otros países. Nuestra preocupación es combatir una pandemia que nunca vivimos», dijo.
Según Nadal, como el único costo será el de las piezas, la expectativa es poder fabricar un respirador de 3.000 reales (unos 580 dólares), es decir 15 veces más barato que los del mercado.
Un trabajo a contrarreloj para suplir la falta de respiradores
El Ministerio de Salud calcula que Brasil necesitará en las próximas semanas al menos 20.000 respiradores adicionales para atender a los pacientes con COVID-19 en condiciones más graves y que necesiten ayuda mecánica para respirar.
Las empresas brasileñas que los producen tienen una capacidad para fabricar unos 2.000 aparatos por mes y China no está dando abasto para atender a todo el mundo. Incluso respiradores que habían sido encomendados por entidades brasileñas antes del agravamiento de la crisis están siendo desviados para otros países.
El proyecto de la COPPE-UFRJ cuenta con apoyo de la petrolera Petrobras, que cedió las impresoras en tres dimensiones de sus laboratorios para montar las piezas, y del fabricante de electrodomésticos Whirlpool, que adecuará una de sus plantas en Río de Janeiro para producir los respiradores a larga escala.
«Inicialmente planeamos fabricar 1.000, pero si la crisis lo exige aumentaremos la producción. Whirlpool nos dijo que con el sistema ya montado para fabricar a larga escala puede seguir operando hasta cuando sea necesario», afirmó Nadal.
Los investigadores de la Escuela Politécnica (Poli) de la Universidad de Sao Paulo (USP) también cuentan ya con un prototipo, el «Inspire» que, aseguran, puede ser fabricado en dos horas a un costo de 1.000 reales (unos 190 dólares) por aprovechar piezas disponibles actualmente en el mercado.
El prototipo paulista también está en fase de pruebas en laboratorio y puede estar listo en abril, pero la Poli-USP aún no cuenta con un plan de logística para comenzar a producirlo, aunque su licencia igualmente es abierta, por lo que cualquier interesado puede asumir la fabricación, según explicó el coordinador del proyecto, el ingeniero biomédico Raul Gonzáles Lima.
La Universidad del Estado de Amazonas ya venía trabajando en un prototipo de respirador móvil (usado en ambulancias) pero acelerará sus trabajos a partir de la próxima semana tras el acuerdo anunciado este viernes por la fábrica de motocicletas que la multinacional Honda tiene en la ciudad amazónica de Manaos, que se comprometió a apoyar técnica y financieramente la iniciativa.
Los investigadores de la Universidad Federal de Piauí (UFPI), por su parte, tienen un proyecto para adaptar respiradores ya existentes de forma que un mismo equipo pueda atender hasta cuatro pacientes.
El coordinador del proyecto de la UFPI, Caio Damasceno, afirmó que su equipo trabaja para resolver problemas ya identificados en este tipo de adaptaciones, como el riesgo de contaminación cruzada y las dificultades para observar los índices de cada paciente.
«Estamos usando válvulas diferentes para impedir la contaminación cruzada y un sistema que permite el control individual de los pacientes. Si uno de los pacientes necesita más aire, es posible adaptar la salida sin afectar a los otros», dijo Damasceno, sobre el prototipo que está en fase de pruebas en laboratorio y a la espera de autorización para poder ser experimentado en humanos.
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