Nueva York.- Algo más de un centenar de ONG, entre ellas Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional, advirtieron sobre la necesidad de que las tecnologías de vigilancia digital que algunos Gobiernos están usando para frenar el coronavirus respeten los derechos humanos.

Según estos grupos, se estima que 24 países están utilizando servicios de localización de móviles frente a la enfermedad y 14 sirviéndose de aplicaciones para trazar contactos entre personas o vigilar cuarentenas.

HRW denuncia que Gobiernos como los de China y Rusia están expandiendo sus capacidades de vigilancia y restringiendo derechos con motivo del coronavirus sin un base médica que justifique las acciones.

Mientras, apunta que en Estados Unidos las autoridades están trabajando con el sector privado para analizar datos de movimiento de personas de una forma que, a menudo, no representa de forma justa a las distintas comunidades, en especial a las minorías y gente que vive en la pobreza.

«La COVID-19 es una crisis sanitaria sin precedentes, pero los Gobiernos no pueden usar el virus como una tapadera para introducir una vigilancia digital intrusiva o generalizada», advirtió en un comunicado Deborah Brown, una especialista en derechos digitales de HRW.

Cualquier medida, subrayó, debe tener una base legal firme, ceñirse de forma estricta a los objetivos de salud pública e incluir salvaguardas frente a posibles abusos.

Según la organización, algunas de las medidas de vigilancia digital que se están proponiendo podrían cambiar de forma fundamental la relación entre Gobiernos y ciudadanos, erosionando la confianza en las autoridades y planteando problemas de derechos humanos.

«Los Estados no pueden simplemente ignorar derechos como la privacidad y la libertad de expresión en nombre de la respuesta a una crisis de salud pública», reza la declaración conjunta firmada por las ONG.

En ella, señalan una serie de condiciones que deben cumplirse en todo momento, entre ellas que cualquier programa de vigilancia usado para el COVID-19 sea proporcionado, limitado en el tiempo, que los datos no se usen para otros fines y que haya garantías para que no puedan ser utilizados contra minorías o colectivos marginados.

Entre otros, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado su preocupación por el hecho de que el uso de tecnologías para combatir el coronavirus pueda terminar siendo aprovechado con otros fines.

«Uno de los riesgos es naturalmente que esta enfermedad cree mecanismos de control de las sociedades que pueden ayudar a dictaduras, lo que naturalmente tenemos que conseguir evitar en el futuro», señaló Guterres en una entrevista.

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