José Luis Paniagua

Caracas.- El dos veces candidato presidencial opositor venezolano Henrique Capriles, una de las figuras políticas más importantes del país, cree que el tiempo no juega en contra de Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por más de medio centenar de naciones, sino en contra de Venezuela.

Capriles sigue siendo una de las referencias políticas de Venezuela. Estuvo a poco más de 200.000 votos de derrotar al chavismo hace seis años, en unas elecciones que entonces impugnó por irregularidades, en el primero de los capítulos de la crisis política que ha marcado el Gobierno de Nicolás Maduro hasta hoy.

Ahora el exgobernador de Miranda, inhabilitado en 2017 a 15 años -«por una multa de menos de un dólar», ríe-, asegura que el momento ha cambiado.

«Cuando reclamamos la elecciones de Maduro no hubo ningún país en el mundo que nos apoyara, nadie (…) ¿quién se hubiese imaginado el 23 de enero que después iba a traer el reconocimiento de 70 países?», dijo.

El 23 de enero el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, invocó la Constitución para asumir la Presidencia como encargado con el propósito de ir hacia unas elecciones que aún no se han producido, y que, según Capriles «en las condiciones actuales es imposible» celebrar.

«¿Con quién vamos a llamar a un proceso electoral (…) con un Consejo Nacional Electoral que ha degenerado el sistema electoral del país (…) con un Tribunal Supremo completamente secuestrado?»

Dice que todo pasa por el «cese de la usurpación», como la oposición llama a la Presidencia de Nicolás Maduro. «Luego de cesar la usurpación hay una transición que permite recomponer la institucionalidad del país y termina en una solución que es que el pueblo venezolano elige», explica.

Cree que desde el 23 de enero se ha avanzado aunque reconoce que el tiempo apremia.

«El tiempo no es que juega en contra de Guaidó el tiempo juega en contra de los venezolanos, en contra de Venezuela, porque un escenario de hiperinflación mas colapso económico del país quiere decir que cada día es más difícil», señala.

La oposición está tratando de que «la institución armada entienda que tiene ser parte de la solución no parte del problema», y eso significa «darle viabilidad a que esto termine en una elección libre y democrática».

«Hay un juego trancado, sí lo hay», reconoce, al asegurar que «lo único» que sostiene a Maduro es la Fuerza Armada (FANB), «es decir, sobre la fuerza», agrega.

¿Por qué la Fuerza Armada sigue sosteniendo a Maduro?.

«Es una gran pregunta, ha sido sorprendente, la verdad (…) yo siento que hay mucho miedo a lo interno por la forma en que está estructurada la Fuerza Armada (…) y el Gobierno ha sido exitoso en el psicoterror, en la persecución, en el hostigamiento, muchos militares presos que han sido torturados», responde.

«El miedo paraliza», añade.

Dice que hay una cúpula militar que más que chavista es «muy oportunista», y asegura que «ahí no hay temas ideológicos, hay mas bien temas de corrupción y compromiso por la corrupción del régimen, tanto la cúpula civil como la cúpula militar».

Asegura que se está trabajando para convencer a soldados, mandos medios y altos «no para que tomen las armas y hagan que por vía de las armas haya una solución en el país, todo lo contrario, es que las armas no sostengan a Maduro (…) y permitan que haya la solución electoral», explica.

Se refirió a la decisión el jueves de la Contraloría «al margen de la Constitución» de inhabilitar a Guaidó, y dice: «¿te das cuenta? ¿quién es el que no quiere diálogo, negociación? ¿quién es el que no quiere una solución?»

«En Venezuela no hay un proceso de solución política, no por Guaidó o por la oposición sino por Maduro», sentencia.

Afirma que hay que seguir presionando hasta que «el señor Maduro entienda que no tiene otra salida que permitir una solución».

En las últimas semanas la afirmación de Guaidó de que «todas las opciones están sobre la mesa» ha hecho correr ríos de tinta y ha sido interpretada como una forma de abrir la puerta a una eventual intervención militar extranjera.

Capriles aseguró que hay sectores radicales de la oposición que están invocando esa opción para atacar a Guaidó.

«Guaidó es un demócrata a carta cabal, yo desde el primer momento que me preguntaron sobre Juan Guaidó he dicho que ha sido una extraordinaria sorpresa para bien», manifestó.

Agregó que hay un «grupito, que es el mismo de siempre, muy activo en las redes sociales», que quiere «desinflar y debilitar» a Guaidó porque «consideran que la única manera de poder tener alguna relevancia en el país es por la destrucción de los partidos políticos, la destrucción de la política».

Capriles señaló que Maduro apuesta a que «la oposición se desinfle, que nada cambie en el país y que los venezolanos sigamos sobreviviendo», indica.

Considera que la presión internacional es fundamental en este momento y cree que China y Rusia brindan apoyo político al Gobierno «pero al final no hay desembolso de recursos», dijo.

«La comunidad internacional, mas la presión interna, la movilización interna, empoderar al pueblo y que el pueblo sienta que tiene la fuerza para hacer que las cosas cambien, mas una fuerza armada (…) pareciera que pudiera llegar el escenario donde Maduro diga: no puedo mas», afirma. EFE

 

 

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