El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. El que ama a su hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.
San Mateo 10:37 RVC
https://bible.com/es/bible/146/mat.10.37.RVC
Ser discípulo de Jesucristo es el más alto honor y privilegio que puede tener un ser humano.
Es un honor que nos trae salvación y vida eterna juntamente con Cristo, las cosas viejas pasaron, y ahora son hechas nuevas.
El gran privilegio de ser hijo de Dios, trae el requisito nada negociable de colocar todos nuestros intereses por debajo de Jesucristo.
Ni nuestros padres, ni los hijos, ni los cónyuges, ni ninguna otra persona que podamos amar está por encima del Redentor.
Nuestro amor por el Salvador debe ser superior a cualquier amor que podamos tener en este mundo, si no es así, no somos dignos del Señor.
Debemos escudriñar y meditar en la Escritura cada día, y recordar a diario todas las veces que el Cristo resucitado nos ha ayudado, eso nos permitirá amarlo más y honrarlo con todo nuestro ser. ¡No hay nadie como Cristo! ¡Solo Él es Dios!
Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales
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