Cápsulas de paz

San Mateo 8:2 – 3 RVC
[2] Un leproso se le acercó, se arrodilló ante Él y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» [3] Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero. Ya has quedado limpio.» Y al instante su lepra desapareció.

https://bible.com/bible/146/mat.8.2.RVC

Jesucristo es el único camino al Padre, solo Él afirmó que es el Camino, la Verdad y la Vida.

En el pasaje de hoy, Jesús tiene un encuentro con un leproso, quien le pregunta si quiere sanarle, Jesús sin dudar lo toca y le dice: Quiero. Ya has quedado limpio, y al instante fue sanado.

Como muchos sabemos, la lepra en los tiempos de Jesús era una enfermedad sumamente contagiosa y mortal.

Del texto de hoy podemos ver que Jesús no duda ni un instante en tocar al leproso, Él como Dios Todopoderoso podía haber sanado al hombre sin necesidad de tocarlo.

Cristo vino al mundo para anular el poder de la lepra del pecado, en todo aquel que cree en Él y lo reconoce como Señor y Salvador de su vida.

Él apareció para quitar nuestros pecados, porque en Él no hay pecado. Todos los que permanecemos en Cristo no pecamos, todo aquel que peca, no lo ha visto, ni lo ha conocido.

El que practica el pecado es del maligno, porque el maligno peca desde el principio. El Hijo de Dios se ha manifestado para deshacer las obras del maligno.

Cristo está a tu puerta y te está llamando, Él desea sanar toda dolencia en tu vida y anular la lepra del pecado de todo tu ser. La decisión es tuya. ¡Cristo vino a darnos vida, y vida en abundancia!

Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales

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