¡Cápsulas de paz!. Seamos limpios del pecado

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Jesús extendió la mano y tocó al hombre. Sí quiero le dijo. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra. Mateo 8:3 NVI

https://bible.com/bible/128/mat.8.3.NVI

En los tiempos de Jesús, la lepra era considerada un castigo por el pecado. Era la enfermedad más terrible de la época, ya que, en ese tiempo, era incurable. Los leprosos vivían aislados de la sociedad en cuevas o terrenos en las regiones aledañas de las ciudades, fuera del mundo de los sanos.

El leproso de la historia a quien Jesús sana, había reconocido su señorío y poder para sanar y restaurar la vida humana, por eso, se arrodilló a los pies del Señor, y Cristo lo tocó y al instante fue sano de la lepra. Así como la lepra, es el pecado, este corroe todo nuestro ser, hasta hundirnos en la inmundicia y perversidad para alejarnos de Dios.

Debemos alejarnos de toda inmundicia y perversidad, y esforzarnos por vivir en santidad y amor con todos los hombres, de tal forma que honremos a Dios con todo nuestro ser. ¡Es tiempo de retomar una vida lejos de toda maldad, donde nos esforcemos por vivir en amor y honra al Todopoderoso!

 
Pr. José N. Corrales

[email protected]

@pastorcorrales

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