Dejaron a la multitud y se fueron con Él en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas. Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse. Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron. —¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos? Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: —¡Silencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.
Marcos 4:36 – 39 NVI
https://bible.com/bible/128/mrk.4.36-39.NVI
El tiempo que vivimos es agitado y lleno de muchas noticias desalentadoras: pandemia, crisis económica, crisis de valores morales, entre otros; todo esto ha ocasionado que muchos se encuentren angustiados en medio de la ansiedad, depresión o el estrés.
Hace unos dos mil años los discípulos de Jesucristo enfrentaban una tempestad en una pequeña barca, estaban desesperados y pensaban que perecerían; más Jesús estaba durmiendo en la popa de la embarcación, ellos llenos de temor lo despertaron y Jesucristo reprendió a la tempestad y el viento cesó.
Esta parte de la biblia nos muestra que ninguna tempestad (problema, necesidad o enfermedad), por muy grande que sea, puede desafiar al Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo; en Él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades. Todo ha sido creado por medio de Él y para Él, y están sujetos a su autoridad. ¡Si tienes a Cristo en la barca de tu vida no debes temer a nada, Él te sostiene!
Pr. José N. Corrales
@pastorcorrales
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