Carta a los cristianos. La Iglesia en el Corazón

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PARROQUIA CATEDRAL SAN JUAN PABLO II
LA CATEDRAL DE TODOS
DIÓCESIS DE CIUDAD GUAYANA
PUERTO ORDAZ – ESTADO BOLÍVAR, VENEZUELA

            «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo.» (Jn 21, 17), profesión de fe y de amor, queridos hermanos, del Apóstol, a quien Jesús, el Señor, le dijo: «… «Tú eres Pedro (o sea Piedra) y sobre ti edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer.» (Mt 16, 18), palabras que deben impulsarnos a proclamar el Evangelio  con la certeza de que el Señor nos acompaña, y que verdaderamente el poder del mal jamas prevalecerá sobre la Iglesia porque nuestro Salvador siempre cumple lo que dice, y permanece con nosotros todos los días (Mt 28, 20). Este permanecer con nosotros está por encima de los momentos de dudas, crisis, adversidad, lágrimas, luto, decepción, dolor, enfermedad y desaliento. No depende de nuestro estado de ánimo ni de la situación por la que nos toca atravesar. El Señor lo ha dicho y lo cumplirá, pues Él es especialista en hacer lo que dice.

      En este tiempo de oscuridad por el que estamos transitando no solo en nuestra Nación, sino en todo el mundo, es la hora de emerger como luz de Cristo (Mt 5, 13-16) e iluminar como Iglesia las vidas de tantas personas sumergidas en el sinsentido de su propia historia. Es la hora no solo de ir a la Iglesia, sino de ser la Iglesia, ser la Iglesia de Jesucristo, o como diría Pedro, ser esas piedras vivas que nos llevan a ser Templo de Dios (cf. 1 Pe 2, 5). Es la hora, queridos hermanos, de tener sentido de pertenencia en orden a la Iglesia que debemos llevar en el corazón, y no solo en los labios. Es la hora de ser la Iglesia que lleva esperanza y vida a una sociedad desesperanzada y sin rumbo, y lo peor, sin Dios.

      He conocido de historias que dicen: «A mi no me gusta el cura ese». «Cuál cura?», pregunto por si se refieren al padre Gerardo Moreno, pero me doy cuenta que se refieren a un cura pero no sé a cuál. También he leído por las redes sociales cosas del Papa, cómo…, mejor lo dejo a su imaginación queridos hermanos. Lo cierto, es que en este tiempo en que la iglesia, nuestra Iglesia, la Iglesia de Cristo es atacada desde diferentes flancos, debemos llevar el Cuerpo de Cristo en el corazón y sentirnos orgullosos de nuestra Iglesia Católica que se fortalece en las persecuciones y ataques desde diferentes ángulos, especialmente desde los defensores y promotores de lo que se conoce como el nuevo orden mundial, y sus derivados. Recen por los sacerdotes, comenzando por quién escribe, por nuestros obispos, por el Papa Francisco, por los consagrados, hombres y mujeres, que desde nuestra consagración llevamos a Cristo, nuestro tesoro por excelencia, en vasos de barro, como diría San Pablo (cf. 2 Co 4,7). Recemos unos por otros como Iglesia, Jesucristo se sentirá orgulloso.

   Queridos hermanos, digamos con pleno convencimiento lo que profesamos en cada misa dominical: «Creo en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostolica…», pues llevar LA IGLESIA EN EL CORAZÓN es la mejor manera de decirle a Jesucristo: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amamos.» Que a pesar de las múltiples razones que podemos ver, buscar o encontrar para irnos de la Iglesia, que el mismo Cristo siga siendo la Razón para quedarnos. Ánimo, el Señor no se equivoca ni abandona.

 Oremos:

  Señor, Jesús, somos tu Iglesia, sin ti nada podemos, y sin ti nada queremos.  Contigo todo, Señor, Tú lo sabes. Bendícenos, sánanos, y vuelve a enviarnos a proclamarte como nuestro Dios y Salvador por siempre. Amén.  

Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, ruega e intercede por nosotros.

Padre Gerardo Moreno

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