(EFE)

Cargando réplicas de ataúdes, enfermos renales, activistas y familiares de los enfermos caminaron 16 kilómetros bajo la lluvia en Chicago (Illinois, EE.UU.) para exigir que se reinicien los trasplantes de riñón a inmigrantes indocumentados en el estado de Illinois.

La protesta, que se realizó a semejanza de una procesión fúnebre, recorrió varios de los hospitales de la ciudad que han suspendido los tratamientos y trasplantes por falta de fondos.

«Es una cuestión de vida o muerte, no un problema de estatus migratorio», declaró a Efe el pastor anglicano José Landaverde, líder de un movimiento iniciado hace varios años para auxiliar a los inmigrantes que no tienen seguro médico.

El religioso reclama el cumplimiento de una ley de 2014 que estableció a Illinois como el único estado del país que realiza diálisis gratuitas y trasplantes de riñón a indocumentados, sin exigir un mínimo de residencia en el país, y con cargo al seguro médico subsidiado Medicaid.

Sin embargo, el gobernador estatal anterior, Bruce Rauner, eliminó el beneficio al reducir gastos para equilibrar el presupuesto, y los enfermos quedaron desprotegidos.

En Illinois, la diálisis se considera un tratamiento de emergencia en los hospitales y tiene un costo anual de 60.000 dólares, un monto inferior a los 100.000 dólares que cuesta un trasplante de riñón.

«Demandamos al estado de Illinois que restituya los fondos, también a los legisladores que actúen, pero nadie parece dispuesto a ayudar», manifestó Landaverde.

En su opinión, el republicano Rauner sería responsable del problema, pero también su sucesor, el demócrata JB Pritzker y los integrantes de la Asamblea Legislativa.

Oscar López, un indocumentado al que se le diagnosticó hace 5 años insuficiencia renal, estuvo hospitalizado varias veces e indicó a Efe que necesita un trasplante urgente.

«El médico me dijo que si no recibo un riñón no paso de este año», declaró.

Por su parte, Jesús Villegas, de 23 años de edad y con seis años en proceso de diálisis, dijo sentirse «muy cansado».

«Ya no puedo hacer nada. No puedo trabajar. A veces no tengo fuerzas ni siquiera para comer, me paso dormido todo el tiempo», expresó el joven, que tiene estatus temporal de residencia en el país gracias al programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).

En la puerta principal de cada hospital los manifestantes dejaron uno de los féretros simulados, hechos con cartón y plástico, así como un pedido para que vuelvan a recibir pacientes y se atiendan los casos más graves.

«Es un pecado y algo inmoral lo que hacen los políticos y los hospitales al negar atención a nuestros hermanos porque carecen de papeles», denunció Landaverde.

También recordó que la ley especifica que no se puede negar un trasplante a ninguna persona en Illinois por su estatus migratorio, por raza o nacionalidad.

¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!

Facebook X Instagram WhatsApp Telegram Google Play Store