Un incidente eléctrico que comenzó el pasado viernes 05 de septiembre, se ha convertido en una verdadera pesadilla para los vecinos de la urbanización Los Bucares ubicada en Puerto Ordaz, quienes llevan cinco días sin el servicio eléctrico.
La situación, que ha sido reportada a las autoridades competentes, se ha visto agravada por una serie de explosiones y la aparente inacción por parte de Corpoelec, empresa encargada de las reparaciones.
Una odisea
El calvario comenzó el viernes por la mañana. Tras una breve llovizna, una taquilla de distribución se llenó de agua y explotó.
Los residentes reportaron de inmediato la falla a la empresa eléctrica a través del 0286-9633197 y personal de la corporación se presentó en el lugar.
Sin embargo, la respuesta fue desalentadora: según un vecino, los técnicos que asistieron al sitio les informaron que no podían hacer más nada «hasta que no se terminara de dañar» la taquilla.
Esta primera explosión dejó a la comunidad con el servicio en una sola fase, situación que escaló el sábado por la mañana, cuando un cable (conocido popularmente como «tabaco») que se desprendió del poste que alimenta la taquilla cayó al suelo.
Explosión y explosión
A pesar de los reportes previos a través de la VenApp, la reparación no se hizo de forma inmediata. Cuando finalmente llegó el personal de servicio para reconectar el cable, se produjo una nueva y devastadora explosión en el banco de transformadores.
Según el testimonio de los afectados, la explosión inutilizó uno de los tres transformadores, dejando 80 familias de cuatro manzanas sin luz.
El personal de la empresa, tras la explosión, declaró que ya no podían hacer nada y que era necesario reemplazar el transformador dañado.
Sin esperanzas
Desde entonces, los vecinos han estado en la oscuridad. Las llamadas para obtener información no han sido productivas. El lunes, después de tres días de apagón, la respuesta de la empresa fue que «había que esperar» mientras trataban de «ubicar el transformador» para su reemplazo.
Los residentes, frustrados y agotados, describen la situación como «horrible». La falta de suministro eléctrico, combinada con la lentitud en la respuesta y la serie de fallas consecutivas, ha generado un profundo malestar en la comunidad.
La falta de luz ha afectado no solo las actividades diarias, sino también el resguardo de alimentos y la seguridad de las familias.
Hasta el momento de esta publicación, no había una fecha estimada para el restablecimiento del servicio, pues según relatan los vecinos cuando llaman a la empresa, quienes atienden los números de reporte exponen: «que hay otras comunidades que tienen prioridad», dejando a los afectados en un limbo de incertidumbre y oscuridad.
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