
En la calle principal del sector Gran Sabana, conocido como Casitas del Core 8 en la parroquia Unare de Puerto Ordaz, el aire se ha vuelto irrespirable. Una cloaca colapsada funciona como pozo séptico a cielo abierto, botando aguas negras que inundan la vía y penetran en las viviendas, colapsando cachimbos y generando un hedor putrefacto las 24 horas.
Los residentes describen la situación como un «problema de salud pública» que afecta a más de 300 viviendas. «Es insoportable, el olor está dentro de las casas todo el día», denuncia un vecino afectado, quien relata cómo las aguas fecales represadas obstruyen los sistemas domiciliarios. El comercio local también sufre, con transeúntes desviados por el malestar.
La causa radica en una fuga de aguas blancas en la manzana 20, que ha socavado el suelo bajo la calle. Esta filtración satura el colector principal de aguas negras, provocando el rebose constante que corre sin control por la vía principal.
Personal de la Hidrológica del estado Bolívar ha supervisado el sitio, comprometiéndose a regresar con soluciones. Sin embargo, los vecinos aseguran que las visitas terminan en palabras sin acción. «No queremos paños tibios, pedimos que Hidrobolívar, la gobernación y la alcaldía de Caroní resuelvan este colapso que perjudica a toda la comunidad», exige un afectado.
La comunidad espera una intervención definitiva que evite enfermedades y restaure la normalidad en esta arteria vital de Gran Sabana, donde el día a día se ha convertido en una lucha contra el hedor y la insalubridad.
Trabajo de ingeniería
La frustración crece entre los vecinos del sector Gran Sabana mientras la cloaca colapsada persiste como una amenaza sanitaria. Líderes de calles de las Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBCH) han acudido repetidamente a Hidrobolívar exigiendo ayuda, pero «hacen caso omiso y se niegan a solucionar el problema», denuncia un residente. Denuncias enviadas por VenApp tampoco reciben respuesta.
Los afectados han agotado vías administrativas sin éxito. «Hemos colocado la queja en muchas oportunidades en la VenApp y la solución no llega», lamenta un vecino, quien subraya la magnitud del colapso; requiere un «trabajo de ingeniería de gran envergadura», no «pañitos tibios».
En la manzana 20, adyacente a la iglesia católica Corpus Christi, trabajadores de Hidrobolívar excavaron dos grandes huecos para intentar controlar el rebose de aguas negras. Sin embargo, la situación no mejora y los cráteres abiertos ahora representan un peligro vial y peatonal para la comunidad.
Ante la inacción oficial, algunos residentes tomaron la iniciativa, abrieron un pequeño canal en el asfalto para desviar las aguas fecales hacia el colector de lluvias. Esta medida paliativa falla constantemente, con el agua represándose de nuevo y propagando malos olores que invaden viviendas y comercios.
La comunidad de Casitas del Core 8 clama por una intervención estructural que erradique el colapso cloacal, evitando riesgos de enfermedades y restaurando la dignidad de su calle principal. Mientras tanto, la espera se prolonga en medio de promesas incumplidas y esfuerzos improvisados.
La crisis cloacal en Gran Sabana no solo invade hogares y calles, sino que amenaza la salud pública de toda la comunidad de Casitas del Core 8. Comercios locales, que pagan impuestos municipales y al Seniat religiosamente, ven cómo sus contribuciones no regresan en forma de servicios básicos.
Comercios e impuestos sin retorno
«Pagamos todos los impuestos y no vemos que regresen a las comunidades», denuncia un perjudicado. El rebose constante de aguas fecales afecta directamente el entorno comercial de la calle principal, disuadiendo clientes y propagando olores nauseabundos que penetran en los establecimientos.
Las aguas residuales corren junto a la Unidad Educativa Nacional Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, descargando en la alcantarilla principal del sector. Este flujo incontrolado representa un peligro sanitario para estudiantes, familias y transeúntes.
Los vecinos destacan la ironía; el exgobernador Ángel Marcano tiene una casa en el área, el concejal Robert Rivas reside en Gran Sabana y trabajadores de Hidrobolívar viven en la zona. Sin embargo, el colapso persiste sin solución.
La comunidad solicita directamente a la gobernadora del estado Bolívar y al alcalde de Caroní que visiten la calle principal para constatar la magnitud del problema. «Observen las consecuencias sanitarias de estos botes de aguas negras», claman, exigiendo acción inmediata para evitar brotes de enfermedades en esta parroquia Unare de Puerto Ordaz.
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