Al llegar los fines de semana comienza el calvario para los vecinos del sector Piñerua y callejón con el mismo homónimo, de Upata, quienes saben que no van a poder descansar tranquilamente, motivado a las fiestas que se realizan en un lub, ubicado en esa zona.
Las rumbas comienzan desde el viernes y terminan la madrugada del lunes siguiente, cuando deciden apagar la miniteca o los grupos musicales dejan de tocar.
La contaminación sónica, bailes en medio de la calle y la ingesta de bebidas alcohólicas, ha sido un problema que hasta ahora nadie ha podido resolver en el callejón Piñerua y sector.
La situación se ha vuelto repetitiva e incluso denunciada por los vecinos, sin embargo, nadie se pronuncia.
Renata Cobriz, quien lleva algunos meses residienda en el sector expresó, “es casi imposible conciliar el sueño los fines de semana”.
No son tomados en cuenta
La vecina señaló que ha tratado de hablar con el dueño del club, pero, todo ha sido imposible, “se conversó con la persona que lo alquila los fines de semanas, para que no alargue las horas de fiesta en el lugar, porque muchas familias estamos siendo afectadas, a lo que el ciudadano respondió que no podía, así levantemos un acta y lo pasemos a los líderes, no iban a dejar de realizar las fulanas fiestas, situación que me parece indignante”, indicó Cobriz.
Asimismo, las familias del sector resaltaron que deben lavar los frentes de sus casas porque personas inconscientes, hacen sus necesidades fisiológicas en las aceras, además, del ruido de las motos haciendo competencia, los gritos de las personas, las botellas que son arrojadas al aire, todo eso les causa temor y por más llamados que hacen a los cuerpos de seguridad, no son atendidos.
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