México.- Los comerciantes del centro de Ciudad de México se resisten a cerrar y quedarse en casa ante las peticiones de las autoridades para evitar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, aunque algunos comercios cerraron ya sus puertas.
La céntrica Avenida Francisco I. Madero del centro histórico capitalino se encontraba on tránsito de peatones moderado y muchos locales cerrados a excepción de establecimientos relacionados con actividades esenciales y algunos otros que hicieron caso omiso a las recomendaciones.
Bastantes personas paseaban, otras se dirigían a sus puestos de trabajo y, en las calles aledañas, comercios de todo tipo recibían clientes, así como los puestos ambulantes ofrecían un servicio normal.
La jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, indicó que los establecimientos comerciales de Ciudad de México no relacionados con actividades esenciales tendrían que permanecer cerrados.
De acuerdo a los últimos datos oficiales, actualmente hay 1.215 contagiados y 29 fallecidos en el país a causa de la COVID-19.
«Vamos a abrir hasta que el dueño decida lo contrario», explicó José Antonio Ulibarri, trabajador de una tienda de trajes del centro de la ciudad, quien continua acudiendo al comercio a pesar de que llegan muy pocos clientes.
«Lo que haremos aquí es aguantar, hay mucha gente que trabaja en pequeños comercios y ellos no tienen de qué vivir, es lo que tiene que pensar el Gobierno», añadió.
Roberto Martínez, quien trabaja desde hace 25 años limpiando zapatos, tampoco ha dejado de trabajar a pesar de las advertencias de las autoridades.
«Yo trabajo 365 días al año. Prefiero morir de coronavirus que de hambre, tengo que arriesgarme», contó, a la vez que insistió en que el Gobierno no está ofreciendo ayuda a personas como él.
A pesar de que se mantuvo cierta actividad comercial, la mayoría de las plazas comerciales cerraron.
Sin embargo, varios centros joyeros tenían las puertas abiertas y algunos de los comercios del interior siguen funcionando.
Delante de estos lugares estaban policías de la ciudad y, al ser preguntados, mostraron desconocimiento sobre qué procedimiento deben seguir los locales comerciales para poder abrir sus puertas, aunque las joyerías no se consideran como servicios esenciales.
Por otra parte, delante de la Plaza de la Tecnología, situada también en el centro de la ciudad, se agruparon muchos de los trabajadores de este lugar, pues desconocían que a partir de ahora no pueden trabajar.
Asimismo, el Callejón de la Condesa, habitualmente lleno de transeúntes y puestos de libros, se encontraba vacío de visitantes pero con algunos puestos a medio montar, mientras que los comerciantes se reunían con personal del Gobierno para llegar a un acuerdo.
«Todos queremos guardarnos y que no pase nada, pero muchos vivimos al día», dijo a Efe Ignacio Silva, trabajador de uno de los puestos de libros.
Sheinbaum aseguró que «muchos de los negocios y comercios ya han cerrado» a pesar de que la lista detallada de las actividades esenciales todavía se publicará esta tarde.
«Hoy la ciudad tuvo mucho menor movimiento que en los días pasados. Quiero agradecer muchísimo a toda la ciudadanía», destacó.
La alcaldesa reveló que los comercios no esenciales que sigan abiertos una vez establecida la norma recibirán primero «un apercibimiento», pero que si no cesan en sus actividades recibiran multas.
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