Berlín.- La crisis del coronavirus ha obligado a empleados de numerosas áreas a trabajar desde casa. Para algunos, este teletrabajo es aún más complicado, como para los bailarines del Staatsballett, el Ballet Estatal de Berlín, que desde marzo realizan su entrenamiento separados por una pantalla.
La bailarina principal del conjunto berlinés, la ucraniana Iana Salenko, ha explicado en una entrevista cómo manejan los bailarines este confinamiento, que el mes pasado interrumpió su temporada de espectáculos.
«El profesor nos da las clases a través de videollamada, así que estamos toda la compañía siguiéndolo para mantenernos en forma» cuenta Salenko, que tenía programado protagonizar la próxima adaptación de «Giselle» que el ballet iba a estrenar en mayo.
Ahora mismo, ha aclarado, el objetivo es mantenerse en forma y no ensayar para futuros espectáculos. «Esperamos tener un show para junio», recuerda, pero la fecha de vuelta al entrenamiento normal todavía no está fijada.
Bailar en casa, más complicado que en el estudio
Para una compañía de ballet, trabajar desde casa es algo complicado. «Es muy extraño ver al profesor a través de la pantalla dándonos combinaciones», ha explicado la bailarina, «pero intentamos seguirle a él, que además pone la música desde su casa».
Las condiciones de su entrenamiento han mejorado desde que cada miembro de la compañía ha recibido un trozo de linóleo, más adecuado para bailar que cualquiera de los tipos de suelo que tenían los bailarines en sus casas.
«Antes debíamos utilizar el suelo que teníamos, y con eso era muy difícil entrenar las puntas», explica y añade: «ahora es todo mucho más fácil». De momento este entrenamiento online es suficiente para mantenerse en forma, aunque el espacio no sea el adecuado.
«Para algunos entrenamientos tengo que sujetarme a las escaleras, y en alguna clase he tenido que entrenar sujetando la silla», confiesa, «así que claro que nos gustaría tener más espacio para saltar y movernos, pero aceptamos lo que tenemos».
La conciliación y la motivación pueden ser un problema
También la situación en casa puede llegar a ser complicada por otros motivos, como mostró la bailarina en su cuenta de Instagram, cuando intentando entrenar su perro trata de distraerla. Ella además es madre de dos niños, uno de ellos nacido hace pocos meses.
«El confinamiento al menos me deja pasar más tiempo con el bebé», dice la bailarina, aunque para ella el estar en familia y ocupada es una ventaja durante estos días. «Es más fácil, tengo ese apoyo y además no tengo tiempo de ser vaga y no hacer nada, y así es más fácil afrontar los días aburridos», añade.
En esta situación, ha reconocido, puede ser difícil encontrar la motivación de mantenerse en forma y entrenar para los bailarines cuyos espectáculos han sido cancelados. «No ves el futuro y no tienes algo a lo que aspirar, algo por lo que estar motivado», explica, «pero aún así tienes que pensar en tu salud, tanto en la del cuerpo como en la mental».
«Ayer por ejemplo, no estaba nada animada», confiesa durante la entrevista, «pensé que para qué hacer la clase, para qué trabajar si no iba a servir de nada”. En esas ocasiones recomienda «simplemente esforzarse y hacerlo, no cuesta nada sudar un poco y hacerlo».
Para ella, la motivación viene de cuidar su cuerpo y su mente estos días, «comer bien y hacer ejercicio, tener un plan para estar todo el día haciendo algo», aun no teniendo aún en el horizonte la vuelta a la normalidad. «Eso es lo que hago yo para mantenerme motivada».
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