El mundo cambia continuamente, pero nunca como ahora de forma tan acelerada, y en ese proceso la seguridad necesita evolucionar y adaptarse al mismo ritmo para enfrentarse a nuevos riesgos en un contexto volátil, complejo y de alta incertidumbre. Por ejemplo, los asociados al comercio y la prevención de pérdidas, en los que la nueva estrategia de Seguridad Híbrida de Prosegur juega un papel clave.
El sector del retail experimenta asimismo cambios acelerados debido a diferentes factores, desde la evolución de los hábitos de consumo y la tecnología a nuevas tendencias, productos o formatos.
Y también influye de forma creciente la delincuencia. Los establecimientos solían enfrentarse sobre todo a descuideros, amigos de lo ajeno o personas sin mucha experiencia, pero cada vez es más común que sufran el ataque de bandas especializadas, organizadas con roles concretos, que hurtan sistemáticamente y de forma muy eficaz.
O bandas de aluniceros que planifican el delito días antes para, en cuestión de segundos, desvalijar tiendas de productos tecnológicos que guardan en su interior más valor que una joyería. Este drástico cambio de tendencias hace que los métodos tradicionales de seguridad se vean sobrepasados.
Para poder hacer frente a estas y otras nuevas formas de delinquir, necesitamos anticiparnos y saber gestionar sus riesgos a través de unos profesionales expertos, formados en el uso de nuevas tecnologías, junto con el análisis estratégico de los datos.
Eso es lo que Prosegur define como Seguridad Híbrida: la seguridad adaptada a las necesidades, riesgos y amenazas del siglo XXI. Nuevas herramientas para nuevos tiempos.
En este sentido, la IA está contribuyendo a un salto sin precedentes en la capacidad de la seguridad frente al crimen. Según Cristina Delgado, general manager del sector retail y experta en prevención de pérdidas, la combinación de tecnología inteligente, analítica avanzada de datos y personal especializado en los nuevos SOC (Centros de Operaciones de Seguridad), evolucionados en iSOC o SOC inteligentes, permiten obtener una serie de variantes que ayudan a reducir o minimizar este tipo de robos.
Por ejemplo, en el caso del hurto en las tiendas de ropa, las cámaras de videovigilancia con IA alertarían sobre los gestos sospechosos del ladrón encargado de quitar las alarmas de la ropa.
Pero la Inteligencia Artificial tiene muchos más usos, como en aquellas cámaras y sensores térmicos que permiten discriminar entre personas y animales, cuando una caja registradora se abre sin que se esté realizando una venta, incluso puede detectar posibles fraudes mediante la supervisión de los procesos de descarga de un camión.
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