*“Cuando Jesús terminó de hablar, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, porque lo hacía con autoridad y no como los maestros de la ley” (Mateo 7, 28).*
Queridos hermanos, Jesucristo, Carpintero de Nazaret para los que se criaron con Él (Marcos 6, 3), Maestro para quienes lo escuchaban (Marcos 1, 21-28), para sus Apóstoles, de ayer y de hoy, el Señor (Juan 13, 13-14), Mesías para muchos (Mateo 16, 13-19), y el Salvador de todos (Mateo 1, 21; 1 Juan 4, 14), con la autoridad con la que enseñaba, autoridad que no tiene su raíz en el poder o cargo, como se acostumbra y es lo normal, sino en su coherencia de vida, en la unión indisoluble entre sus palabras y sus actos, es tal esa forma de autoridad, incluso podemos decir que es novedosa, tomando en cuenta que el pueblo estaba acostumbrado a la incoherencia de los detentan el poder, que *provoca admiración*.
Jesús, Señor nuestro, Provoca a quienes se encuentran con Él. Provoca un cambio radical, como sucedió con Zaqueo (Lucas 19, 1-10), que esa salvación también llegue a sus casas queridos hermanos. *Provoca el perdón* sin vuelta atrás, como sucedió con la mujer adúltera (Juan 8, 11), y aunque alguien recoja alguna piedra para arrojártela por creerse libre de pecado, el Señor, en vivo y directo, se lanza a tu encuentro para abrazarte y protegerte sin condenarte, solo te pide no peques más (a propósito de la canción Que Dios tan Bueno). Aun en la Cruz, el Señor de señores, continúa provocando, como sucedió con el centurión: *“Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Mateo 27, 54),* y en el ladrón: *“Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino” (Lucas 23, 42).*Estos dos momentos son de suma importancia porque, tanto el centurión como el ladrón, no pertenecen a sus Apóstoles, no son de su entorno, y es de mayor importancia porque el Señor provoca admiración, pero especialmente* *Provoca la Salvación* en ellos. El Señor no tiene una pizca de mezquindad, quiere salvarnos a todos, aunque no todos quieren dejarse salvar.
La gran pregunta, queridos hermanos *¿qué estamos provocando en los demás? Desde nuestra responsabilidad, poder, cargo, autoridad, ejercicio ¿qué provocamos? ¿provocamos admiración, miedo, respeto, rechazo, deseo de imitarnos por el bien que hacemos, cercanía, encuentro, amistad, decepción, esperanza, alegría, unión, testimonio, fe, inspiración, compromiso con Cristo y su causa, que es el Reino de Dios y su justicia? ¿Qué estamos provocando en los demás? La respuesta la tiene cada uno, y no está demás volver al principio de la presente carta y sumergirnos en los sentimientos de las personas que sentían admiración por Jesucristo al escucharlo.*
Queridos hermanos, *provoquemos en los demás la vuelta a la esperanza*, aunque los pronósticos indiquen que no vale la pena. Provoquemos en los demás el deseo de empuñar la mano del otro para levantarlo, agarrarnos de las manos, como diría la canción, para hacer de nuestra sociedad un espacio donde seamos hermanos. Provoquemos en los niños y jóvenes la motivación de agarrar un lápiz, un libro y un cuaderno, y no solo un celular que los hace expertos navegando en las redes sociales y en el manejo del teléfono, pero por nada quieren agarrar una escoba, una esponja y un coleto para hacerse experto en un oficio, y así colaborar en la casa con la limpieza, esto último, pensando en voz alta, como dicen los estudiosos en materia de limpieza.
Especialmente, provoquemos en los demás el deseo de corazón de creer en Dios, de volver al Dios que da la vida en abundancia (Juan 10, 10). “Que nuestra fe y conversión sean motivos para que las personas se acerquen más a Cristo y a su Iglesia. Dios nos tocó para tocar a otros a través de nosotros, y tocándolos cambien sus vidas. Seamos razón para atraer, no para alejar y decepcionar con nuestras actitudes y juicios que hacen ver que prevalecen nuestros planes y no los Planes de Dios, que nos espera con los brazos abiertos como al Hijo Pródigo. Dios me tocó, perdonó, sanó y salvó para siempre, y no me dejará de su mano. Apostó por mí y ganó… Aún con mi expediente nada “religioso” ni bueno que digamos, Dios me buscó y me perdonó. Eso que Él ha hecho conmigo quiero que lo haga con todas las personas que encuentro en mi caminar: Sin reservas, sin condición, sin reproche, sin apuntar ni preguntar por mi pasado, porque Él todo lo hace nuevo, y puede sacarnos de la basura para hacer su obra de arte. Así es nuestro Dios” (Del libro Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS, que bien dirían los comentaristas al respecto: “Un libro de fácil lectura, ameno y entretenido, así como los sermones del padre Gerardo Moreno en las misas… Con anécdotas de la vida cotidiana, de personas como nosotros que aprenden y nos enseñan a perdonarnos y a perdonar sin reservas…” Señora Kysbely Hernández de Asaro, Puerto Ordaz. “… en un lenguaje directo y sencillo, trata de cubrir una doble intención: mostrar al Dios encarnado en nosotros y fundir el Verbo Divino con el vivir y hablar humanos… Difícil no sentirse estremecidos con esa teología viva; imposible no implicarse en esas prácticas que nos resultan familiares” William Rodríguez, Diácono Permanente, Los Teques. Libro, que, gracias a Dios, ya los primeros 500 ejemplares se agotaron). Este párrafo a propósito de Provocar a los demás con lo que Dios ha hecho en nosotros, sino buscamos provocar esa Gracia en los demás, puede ser que estemos siendo mezquinos con lo que Dios ha Provocado en nuestra vida sin condición ni reproche.
Provoquemos a los demás con el deseo profundo y en libertad de creer, amar y seguir a Jesucristo.
Terminemos con una oración, queridos hermanos:
*Señor Jesús, Tú me amas sin condición, me* *amas hasta el extremo. Me amas viendo lo mejor de mí aun en lo peor de mi vida.* *Cómo transformaste al leproso, a Zaqueo, al centurión, a Pedro y a los demás Apóstoles, hazlo conmigo. Cómo a las* *mujeres que les cambiaste sus vidas, en este momento santo, Señor, sáname, y conviérteme a tu manera. Sana mis heridas desde mi* *infancia hasta el momento actual. Quiero ser como Tú para hacer lo que Tú haces. Que pueda decir a las* *personas que las amas sin condición ni reproches… Amén* (También del libro Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS).
*Nuestra Señora Coromoto lleva hasta Jesucristo nuestra oración.*
*San Juan Pablo II, ruega intercede por nosotros.*
*Beato Antonio Chevrier, enséñanos a imitar a Jesucristo desde su Evangelio.*
*P. Gerardo Moreno*
*Queridos hermanos, les recuerdo que el sábado 25 de este mes, monseñor* *Carlos Cabezas, nuestro VI obispo, nuestro Pastor, tomará posesión de la* *Diócesis en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, Centro Cívico, a las 10 de la mañana. Vamos todos con alegría a recibirlo.*
*No olvides sintonizar de lunes a viernes, de 6 a 8 PM, tu programa Entre Lo Humano y Lo Divino por News 105.3 FM, https://circuitonews.net/ la radio que te sintoniza con Dios.*
*Ánimo.*
*PARROQUIA CATEDRAL SAN JUAN PABLO II*
*LA CATEDRAL DE TODOS*
*DIÓCESIS DE CIUDAD GUAYANA*
*PUERTO ORDAZ – ESTADO BOLÍVAR, VENEZUELA*
*“La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo”: *Juan Pablo II*
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