Nueva York, Estados Unidos. En tiempos de pandemia, la industria de la música ha tenido que reinventarse y abrazar la tecnología para poder seguir ofreciendo conciertos en directo, que a diferencia de la era precoronavirus suceden con decenas, cientos o miles de kilómetros de distancia entre los artistas y el público. Pero la chilena Javiera Mena ha sabido adaptarse a esta extraña e inesperada circunstancia.
«Llevo bien (actuar sin público) porque me gusta mucho estar en el estudio», dijo la cantante en una entrevista con Efe con motivo de su participación en la Conferencia de Música Latina Alternativa (LAMC, sus siglas en inglés), que este año, por primera vez en sus más de 20 años de historia, ha tenido que celebrar una versión 100 % virtual.
«Soy de esos artistas que me gusta tocar en vivo pero tampoco como los que son puro vivo. Me encanta el estudio (…) y que un ‘show’ en vivo se convierta en eso me parece divertido», explicó.
La cantautora de 37 años se refiere a los conciertos que ha celebrado en estos meses desde su hogar para todo el mundo, metida en una pequeña habitación de su residencia madrileña, con un ordenador, un teclado y una «bonita luz». «Nada muy complejo», dijo.
Como el de este sábado, un espectáculo de 20 minutos parte del LAMC en el que ha sacado a relucir su electropop y su nuevo single, «Flashback», o como el del pasado 3 de junio, con el que Mena celebró su cumpleaños por todo lo alto con una «Zoom party».
«Obviamente quiero volver a tocar, y la adrenalina que te da un vivo no te lo da nada, pero llevo bien lo de producir ‘shows’, y me divierte encontrar nuevas maneras de hacerlo también», destacó.
Está claro que Mena sabe encontrar el aspecto positivo en esta nueva realidad en la que la tecnología ha pasado a ser imprescindible, algo que considera ya iba a suceder en el futuro, aunque quizá un poco más adelante: «Lo que está pasando ahora es una aceleración de lo que iba a pasar».
«No soy de la idea de que nos convirtamos en robots y estemos todo el día en internet. Me gusta mucho conservar ciertas cosas, ir a un concierto, a un parque… Valoro mucho eso, pero también siento que las herramientas que te da (la tecnología) para contactar con gente de muchos países ahora las estoy aprovechando mejor, porque estoy concentrada en hacer solamente eso», apuntó.
Y además, el estar parado en un solo sitio, aunque sea de manera forzosa, también está siendo bueno para aprender y encontrar su sitio: «Es superloco estar en un avión aquí, en un avión allá… Entonces ahora me ha permitido estar aquí y ver cómo manejo mis redes y cómo llego de la mejor manera. En ese sentido ha ido bueno para mí para aprender mucho también».
En los últimos años, su éxito la ha llevado a viajar por todo el mundo y a participar en 2019 en uno de los festivales más destacados del momento, el californiano Coachella. También, a asentarse en España, donde su música ha sido recibida con los brazos abiertos.
Pero su ritmo frenético le permitía pasar poco tiempo en Madrid: «Desde que vivo aquí he estado casi más en Chile, voy y vengo, mis padres siempre me reciben, y la verdad he estado 50/50. Ahora la pandemia me hizo darme cuenta de que mi casa esta acá y es como loco porque ¡wow, vivo en Madrid!», exclamó.
Desde la capital de España está concentrada en el que será su sexto disco de una carrera que empezó en Santiago de Chile hace ya casi 20 años: «Es un disco de electrónica pero también tengo baladas, una evolución de lo que llevo haciendo hace tiempo, que ya es como un sonido entre electrónico, latino, romántico y frio».
«Una mezcla un poco de todo», adelantó.
EFE noticias
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