Un Forma de Comunicación, Conocimiento y Reconocimiento  de las Partes

 

“El 99% del liderazgo no se da desde la cima, sino desde los cargos intermedios de una organización. La verdadera medida del liderazgo es la influencia, nada más y nada menos”. John C. Maxwell.

 

 Te has preguntado alguna vez ¿Qué es lo que exigen los Sistemas Organizacionales a sus líderes e integrantes en primera instancia para su alto desarrollo? Esta es una pregunta  movilizadora, la cual me ha llevado a la conclusión de que  las Organizaciones demandan interacción e influencia, una interacción e influencia que comienza por el establecimiento de una sintonía o lo que se conoce en PNL y Coaching como Rapport; donde ésta se convierte en el canal de comunicación, conocimiento y reconocimiento  de las partes que conforman dicho Sistema para así generar un tránsito empático y de alto desempeño,  potenciando la interrelación entre líderes, pares y colaboradores.

Tengamos en cuenta que en las organizaciones existe el orden y la jerarquía; cuyo principio establece una estructura, además exige un nivel de liderazgo o co-liderazgo en los colaboradores, permitiendo el liderazgo de parte y parte, de parte de las líneas de mandos (ejecutivos y directivos) como también por parte de los colaboradores (liderados). Esto conlleva  a que se geste   un movimiento de acercamiento entre sí por lo que se requiere que dicho liderazgo se dé desde los cargos intermedios  de la organización (jefaturas) como lo expresa John C. Maxwell en la cita que mencioné.

Dicha cita, ocupa mi atención dado que, de acuerdo a mi experiencia como Coach Ejecutivo y mi trayectoria profesional entrenando y formando a gerentes y equipos de trabajo he observado el fenómeno organizacional donde los ejecutivos pretenden gerenciar desde la cima, es decir desde la silla y el escritorio gerencial; esperando que la dinámica laboral marche en óptimas condiciones, esto  como que si las personas que lideran fuesen espectadores,  o en el peor de los casos  documentos, robots; obviando que los colaboradores son realmente  los protagonistas.

He observado como a los líderes  les cuesta permitirse hacer el movimiento de interacción, relacionamiento  y comunicación hacia sus liderados para generar acción en cada integrante del Sistema.

 Es entonces allí cuando se genera el conflicto organizacional donde se comienza a percibir a la Organización como islas y no como Sistema integrado, vivenciando comportamientos no favorables ni organizacionales en los colaboradores evidenciándose por ejemplo  rehúso al cumplimiento  de sus funciones, disociación de la misión y visión de la Organización repercutiendo esto en forma negativa en la consecución de los objetivos de la Empresa. ¡Esto es ser Espectador!

Ahora bien, tengamos presente  también que se presenta el caso en que los colaboradores no sepan cómo liderar a sus superiores   porque les cuesta integrarlos, entenderlos, comprenderlos; encontrando barreras de interacción en ellos. Esto ocurre cuando  ambas partes no se relacionan armónicamente;  recordemos que a menor relación mayor es el desconocimiento – reconocimiento de las partes.

Cuando las partes que conforman el Sistema se relacionan empáticamente se genera una interacción donde se conocen, saben quién es cada quién, cómo es su forma de comunicase, cuál es la estrategia de éxito e incluso la de fracaso que cada uno implementa en un momento determinado. Esto automáticamente los conlleva a pasar de Espectador a Protagonistas.

 En definitiva el relacionarse en la Organización facilita hacerse consciente de cómo es el comportamiento de cada colaborador y ejecutivo para así lograr relaciones ecológicas, es decir que sean benéficas para todas las partes que intervienen en la convivencia laboral.  Establecer relaciones ecológicas dentro de la Organización nos facilitará un alto desempeño laboral porque nos haremos preguntas antes de realizar algunos juicios y  acciones. El Coaching nos enseña que las preguntas Qué, Cómo y Para Qué generan posibles alternativas para la resolución de situaciones álgidas.

En suma, para lograr una alta influencia afectiva y efectiva en cada miembro de la Organización para que haya una saludable interacción para así lograr que éste pase de espectador a protagonista; los ejecutivos  tienen que  hacer  que los colaboradores sientan que viven en un ambiente laboral de justicia  y equilibrio; donde pueden crear, explorar e innovar. Además que conciban que tienen un impacto positivo en su entorno; como también reconocimiento como parte de la Organización, que aprecien la importancia de su rol en el sistema.

Comprendan claramente las políticas, procedimientos y que hay algo que lograr. De esta forma cada uno se pondrá la camiseta de la empresa para declararse  protagonista en la Organización. Todo protagonista con orgullo luce la camiseta de su empresa.

 
 
Por Prof. Gregorio Torres Odreman

Coach Ejecutivo – Profesional Internacional

Team Coach Internacional

Consultor de RRHH

CEO Emprende y Crece

@soygregoriotorres

 

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