Roma, Italia.  El colombiano Duván Zapata jugará este miércoles el partido más importante de su carrera. Saltará al campo del estadio La Luz de Lisboa para medirse con el París Saint Germain en los cuartos de final de la Liga de Campeones y coronará un camino empezado en su juventud en el América de Cali, su ciudad natal.

El niño que desde principios de 2000 empezó a escalar las categorías en la cantera del América de Cali soñando con el marfileño Didier Drogba o el brasileño Adriano Leite ya es uno de los delanteros más importantes de Europa e intentará emular a sus ídolos en la inmejorable vitrina que le ofrece un cuarto de final de la Copa de Europa.

Han pasado doce años desde que se estrenara con gol ante el Boyacá Chicó con la camiseta del equipo de su ciudad y, tras forjarse durante siete años en el campeonato italiano, busca asombrar a Europa como líder ofensivo del equipo revelación de la competición.

En su primera participación histórica, el Atalanta se ha ganado un sitio entre los mejores ocho del continente, tras superar de forma milagrosa la fase de grupos, pese a perder los primeros tres partidos, y eliminar con goleada al Valencia en los octavos de final.

En este camino Duván ha marcado un gol en la Liga de Campeones, contra el Shakhtar Donetsk en la fase de grupos, y ha sido determinante en la Serie A con 18 goles para que su equipo acabara por su segundo año consecutivo en la tercera posición y se asegurara un billete para la Copa de Europa del próximo año.

Llegar hasta este punto ha requerido esfuerzo, compromiso y fuerza mental para Duván, que ha vivido momentos complicados a nivel deportivo y a nivel anímico, culminados en 2018 cuando se quedó fuera de la lista de Colombia para el Mundial de Rusia.

Fue un tremendo disgusto para él, que había debutado con la selección en marzo de 2016 y que marcó once goles en esa temporada liguera con la camiseta del Sampdoria.

Pero Duván decidió convertir su frustración en una motivación extra para demostrar tener el nivel para competir a máximos niveles.

«Después de una gran temporada en la Serie A, tener que ver desde casa a mi Colombia en el Mundial ha sido un enorme sufrimiento. Pero el tiempo de la decepción se acabó: hoy salgo más motivado que nunca para un nuevo reto. Mi revancha se llama Atalanta», escribió el delantero de Cali tras fichar por el equipo de Bérgamo en el verano de 2018.

Y Duván esas palabras se las tomó muy en serio. Desde ese momento se convirtió en una máquina de hacer goles. Anotó 28 en 48 partidos en su primer año y lleva 19 en 33 partidos este año, decidido a mejorar sus cuentas en la fase final de la Liga de Campeones.

Es el terminal ofensivo perfecto para capitalizar la fantasía del argentino Alejandro «Papu» Gómez y ha aprendido a aprovechar su tremendo poderío físico para dominar el juego. En Italia se les define como un «tanque».

Este rendimiento es el merecido premio para un jugador imprescindible en el juego del técnico Gian Piero Gasperini, que saltará al campo del estadio La Luz como protagonista, tal y como soñaba hace diez años, cuando desde Cali veía por televisión a su ídolo Drogba.

EFE noticias

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