Caracas. Un grupo de investigadores, activistas, profesores y diputados creó este miércoles la más grande plataforma de Venezuela de lucha contra la crisis climática, a instancias del Parlamento, que prevé aprobar una nueva legislación ambiental en 2020.
La idea es «que todas las iniciativas (…) que hay en el país por la preservación, por el cuidado, por la conservación -que son más y son más poderosas que aquellas que devastan- sean visibles, tengan eco, sean más poderosas cuando las hermanamos y las comunicamos mejor», dijo a Efe la diputada María Gabriela Hernández.
La también presidenta de la subcomisión legislativa para la emergencia climática aseguró que en todo el territorio venezolano ya hay grupos organizados «que están trabajando con un amor gigantesco y con unas ganas intensas por preservar la naturaleza».
En Venezuela, denunció, «la destrucción del ambiente ha sido más voraz en poco tiempo y no tenemos instituciones a las cuales acudir para parar el abuso y para de inmediato ayudar a la naturaleza a su resilencia».
La legisladora explicó que la «devastación» en Venezuela abarca «grandes extensiones, como los 111.000 kilómetros del Arco Minero», una iniciativa con la que el Gobierno de Nicolás Maduro espera generar 33.000 millones de euros en los siguientes seis años a través de la explotación de minerales en el sur del país.
Además, prosiguió Hernández, existen otros daños que hasta ahora no se han podido medir como los frecuentes derrames de petróleo que se han registrado este año, las quemas de gas o la contaminación que producen las montañas de coque en el país.
La plataforma contempla la creación de una red nacional de soluciones para el desarrollo sostenible, donde se espera que los científicos y creativos propongan formas «verdes» de aplicar tecnología.
Uno de esos expositores fue el ingeniero petrolero Jonar Cubillán, de 34 años, quien creó un prototipo mecánico llamado «árbol portátil» con el que ganó un premio internacional en 2010.
«Es una semejanza al proceso que tiene un árbol natural: captura CO2 (dióxido de carbono) que se va a procesar y se le van a quitar impurezas», explicó a Efe el joven ingeniero.
Este prototipo, dijo, se puede ensamblar en un día y puede filtrar y limpiar hasta 30 litros de aire en cinco minutos, superior al proceso de captura de CO2 que hacen árboles pequeños o en crecimiento.
EFE
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