La comisión de padres y representantes de la Unidad Educativa Nacional Ramón Isidro Montes de San Félix, exigieron al gobierno regional, seguridad permanente para la institución, la cual ha sido desmantelada por los malhechores. 

Los afectados comentaron que otros hechos  suscitados en el plantel son la falta de energía eléctrica y del agua potable, debido a que se robaron los transformadores y la bomba que suministraba el vital líquido.

El lugar empezó a ser el más frecuentado por la arremetida delictiva a partir de marzo del 2020, cuando inició el confinamiento de la pandemia del covid-19.

Angelina Carrión, representante del plantel, detalló para el equipo de Nueva Prensa Digital que de a poco se han ido llevando los mobiliarios, quedando sus representados cada vez con menos pupitres para ver sus clases.

«Todos los días vivimos con la presencia de los malandros en la institución, esperan que se vayan los alumnos y profesores para meterse en las tardes y robarse todo», alegó.

Falta de seguridad

La inadecuación de la U.E.N. Ramón Isidro Montes ha hecho que la matrícula baje constantemente, actualmente cuentan con 600 estudiantes.

Los representantes dijeron que quieren para sus hijos un lugar bueno y seguro donde les brinden una educación de calidad, no de mediocridad.

«Presidente de la República, Nicolas Maduro, tú que vives allá arriba en algo bonito, pues nosotros queremos un colegio digno para nuestros hijos»,  detalló Carmen de Vera, representante.

Constató que los baños están en precarias condiciones, y que tienen miedo que se forme una pandemia entre ellos.

Asimismo, aclaró que los estudiantes tienen que ir al monte para poder hacer sus necesidades fisiológicas, pues en el caso de las niñas pueden agarrar una infección.

Cocina

Aunque el desánimo es presenciado por los representantes de la institución, las cocineras también se pronunciaron ante el daño progresivo de las instalaciones, pues algunas de ellas tienen hijos estudiando en el lugar.

Los problemas presentados y el desvalijamiento  de la infraestructura por parte de los malhechores también afecta  a la cocina, por lo que las ocho cocineras que prestan el apoyo, tuvieron que migrar a la parte trasera de la institución.

«Nosotros antes teníamos una buena cocina, ahora tenemos que cocinar aquí atrás en fogón, porque nos dejaron sin nada», explicó Luisa Rodríguez, cocinera.

A pesar de tener más de cinco meses cocinando de esta manera, no han presentado afectaciones respiratorias, pero aseguran poder tenerlos en el futuro.

Exigencia a las autoridades

Los representantes y trabajadores le exigieron a las autoridades que respondan sus denuncias, de seguir sin respuesta alertaron que tomarán otras alternativas para ser escuchados.

«Les damos una semana para que se pronuncien, sino vamos a salir a las calles, porque este problema no puede seguir tomándose más tiempo», concluyeron.

 

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