Euclid, la misión europea para explorar el universo oscuro y desconocido, despegó este sábado a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Tras el lanzamiento a las 15:12 horas GMT y la separación del cohete, el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) de la ESA en Darmstadt, Alemania, confirmó la detección de la señal de la nave desde la estación terrestre de New Norcia, en Australia, a las 15:57 GMT.
Euclid puso rumbo así al punto conocido como Lagrange 2, a una distancia media de 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, donde también se encuentran telescopios como Gaia y James Webb.
Desde allí, observará durante seis años miles de millones de galaxias a una distancia de hasta 10 000 millones de años luz, en más de un tercio del cielo; el objetivo, crear el más grande y preciso catálogo en 3D del universo para tratar de avanzar en el conocimiento de la naturaleza de la materia y la energía oscura, la expansión del universo y la gravedad.
Su «mirada» será tan lejana que sus resultados son una incógnita; se abre una etapa científica emocionante, aseguraron desde la Agencia Espacial Europea (ESA), responsable de la misión. Y su director general, Josef Aschbacher, resumió: «La búsqueda por responder preguntas fundamentales sobre nuestro cosmos es lo que nos hace humanos».
Para recopilar información sobre las formas, posiciones y distancias de las galaxias, la nave espacial, de una altura de 4,7 metros, está equipada con un telescopio de 1,2 metros de diámetro y dos instrumentos científicos, una cámara de longitud de onda visible y un espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano (la NASA colabora en este último).
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