La Habana.- El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, consideró este jueves superada la fase más crítica de la crisis de abastecimiento de combustible que ha afectado al país en las últimas semanas y reveló que la isla puede cubrir en este momento el 62% de sus requerimientos.
En una intervención ante los diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) transmitida esta noche por la televisión estatal, el mandatario reconoció que seguirá habiendo «tensiones» en algunos sectores.
El pasado 11 de septiembre Díaz-Canel anunció que el país se enfrentaba a una complicada situación «coyuntural» porque había dejado de recibir petróleo temporalmente debido a las presiones de Estados Unidos a las navieras para evitar la llegada de combustible a Cuba en represalia por su apoyo a Venezuela.
Ante esta situación, que afectó sobre todo al transporte y la industria por falta de diésel, las autoridades activaron medidas de ahorro en el sector estatal que han mantenido al país a medio gas durante casi un mes y a la población en vilo temerosa de un nuevo «periodo especial», la devastadora crisis que sufrió la isla en los años noventa por la desintegración de la Unión Soviética.
Sin embargo, el líder cubano sostuvo hoy que ha habido «menos afectaciones de las esperadas», el país «no se paralizó» y se logró evitar los «apagones» de suministro eléctrico tan frecuentes en la crisis de los noventa.
«Hay una reserva de apagones programados (de la) que siempre digo que se informaría a tiempo», explicó el gobernante, pero precisó que los cortes de electricidad que se hayan producido en los últimos tiempos se han debido a averías.
También llamó a los legisladores a valorar, de las medidas de ahorro adoptadas, cuáles «son para el momento» y cuáles «para que se queden»: entre estas últimas mencionó la racionalización del consumo eléctrico en horas pico y el empleo de los medios de tracción animal usados en el transporte y la agricultura estas semanas para economizar combustible.
«Nos persiguen barco a barco, negociación a negociación (…). No podemos ser ingenuos y tenemos que protegernos», dijo Díaz-Canel en referencia a las crecientes presiones de la Administración estadounidense.
Opinó que el país ha salido «fortalecido y victorioso» gracias a la reacción ciudadana, reiteró su convicción de que Cuba no va a claudicar y rechazó «traicionar el compromiso que tenemos con países hermanos», en referencia a la alianza de La Habana con el gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«Estábamos defendiendo algo más que la falta de combustible, estábamos defendiendo la Revolución», espetó.
En otro momento de su intervención indicó que habría sido «muy fácil» aplicar «soluciones neoliberales» como el aumento de los precios del combustible, la electricidad y los alimentos en esta situación, pero «nada de eso pasó».
A la vez, llamó «a luchar contra el acaparamiento y la especulación», dos males endémicos en Cuba debido al desabastecimiento intermitente causado por sus cíclicos problemas financieros, a los que se suma el embargo que Washington mantiene sobre la isla desde hace casi sesenta años.
Pero, según el mandatario, durante la fase más aguda de la crisis «se demostró que la Revolución cubana no está aislada», ya que llegaron numerosas visitas de alto nivel entre las que destacó la del primer ministro de Rusia, Dmitri Mendédev, quien estuvo en La Habana la semana pasada y encabezó la firma de varios contratos y acuerdos bilaterales.
Pese a que esta es la crisis más grave que ha enfrentado Cuba desde los años 90, el país ya tenía problemas en este sector desde que comenzó la crisis en Venezuela y cayeron en picado los envíos de petróleo subvencionado que Caracas envía a la isla caribeña a cambio de los servicios profesionales de médicos y maestros cubanos.
EFE
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