Las muertes por conflictos se situaron el año pasado en los niveles más altos del siglo, principalmente a causa de las guerras en Ucrania y Etiopía, según revela este miércoles un informe anual publicado por el laboratorio de ideas Instituto de Economía y Paz (IEP).
El Índice de Paz Global es un proyecto que mide el grado de convulsión en el mundo con datos cuantitativos de 163 países, que comprenden el 99,7 % de la población.
Este es el noveno año desde 2014 en que los datos revelan tendencias decrecientes en el ámbito de paz y seguridad a nivel mundial, recoge el informe, que afirma que las muertes provocadas por guerra han aumentado un 96 % respecto a 2021, con 238.000 fallecidos.
“Los niveles de conflicto en 2022 han sido los peores desde el genocidio de Ruanda en 1994”, comentó a EFE Steven Killelea, fundador de IEP.
Esto se debe en parte a que “las guerras en la actualidad no se pueden ganar: con una población civil resiliente y adecuadamente armada, los ejércitos no pueden fácilmente sublevar a la población, los conflictos se vuelven endémicos”, agregó.
Un total de 79 países han sufrido un aumento generalizado en sus niveles de convulsión, sobre todo Etiopía, Myanmar, Ucrania, Israel y Sudáfrica. Las guerras en Ucrania y Etiopía han causado el mayor número de muertes en 2022, con unas 83.000 y 100.000 víctimas como consecuencia del conflicto, respectivamente.
Ante este escenario, Killelea afirmó que “se necesita encontrar nuevas maneras de alcanzar la paz, porque estos conflictos no terminan y el coste económico es inmenso»
«La innovación tecnológica destinada a un uso militar, como los drones o incluso las redes sociales, están cambiando la manera en la que se hace la guerra. En el caso de Ucrania, el gobierno recaba datos de inteligencia en vivo, sin procesar, desde las redes sociales”, dijo.
UN IMPACTO ECONÓMICO
Los países más «pacíficos», muestra el informe, son Islandia, Dinamarca, Irlanda y Nueva Zelanda, mientras que España ocupa el número 32. Por sexto año consecutivo, Afganistán es el país menos pacífico, seguido de Yemen, Siria, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo.
Europa sigue siendo la región más estable del mundo pero Killelea matiza que «tensiones geopolíticas y el deterioro de las relaciones con países vecinos conllevan una creciente la militarización, en parte por la cercanía con Ucrania y Rusia… Europa es en general menos segura de lo que era hace 15 años».
En el caso de Latinoamérica, Uruguay y Colombia serían el país más seguro y el más conflictivo, aunque de manera general, a pesar de la «inestabilidad política» y «la omnipresencia del crimen organizado», la situación en los países de América del Sur mejora paulatinamente respecto a años anteriores.
En términos económicos, el impacto global de esta escalada de violencia generalizada ha aumentado un 17 % respecto al año anterior, con un coste de 17,5 billones de dólares (unos 16 billones de euros) en 2022, lo que equivale a un 12,9% del PIB global.
En particular, el impacto económico de la violencia en Ucrania ha aumentado un 479% o 449.000 millones de dólares (411.240 millones de euros), el equivalente al 64 % del PIB del país.
Además, 92 países han aumentado su gasto militar desde 2008: los mayores incrementos provinieron de China, EE.UU. y la India.
El informe señala que la internacionalización de los conflictos, causada por intervención de terceros países (como es el caso de Siria, Ucrania y Libia, entre otros), aumentó «considerablemente» en 2022, con un total de 91 países involucrados en conflictos externos en comparación con los 58 países partícipes en 2008.
El estudio recalca que las tensiones geopolíticas entre EE.UU y China, el intervencionismo militar generalizado, el bajo coste de producción y el fácil acceso a cierta tecnología militar (el uso de drones aumentó en un 40,8 % en 2022) augura unos años venideros abocados al conflicto.
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