La Marina de Guerra de Brasil concluyó con éxito las pruebas de sumersión del segundo de los cinco submarinos construidos por el país en el marco de un acuerdo de cooperación militar con Francia y quedó listo para ser incorporado a la flota en el segundo semestre del año.

Se trata del sumergible Humaitá (S-41), que fue visitado este jueves en el Complejo Naval de Itaguaí por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el principal impulsor del acuerdo de transferencia de tecnología firmado en 2008 con Francia para construir 5 submarinos en Brasil, el último de los cuales de propulsión nuclear.

El Humaitá fue sometido este mes a pruebas de sumersión dinámica y en grandes profundidades (350 metros) frente al litoral del estado de Río de Janeiro, que demostraron que tanto el sumergible como su tripulación están listos para operar, según dijeron a EFE voceros de la Marina.

«Son etapas fundamentales de los procesos de fabricación y de entrenamiento de la tripulación del submarino, porque evalúan no solo la capacidad de sumersión en seguridad, sino también el nivel de preparación de la tripulación. Son las últimas etapas en el cronograma de entrega definitiva», explicó el capitán de Fragata Martim Bezerra de Morais Júnior, futuro comandante del Humaitá.

Tras ser botado al mar en diciembre, su incorporación a la flota para que pueda comenzar a ser operado por la Marina solo depende de algunas últimas pruebas en alta mar.

Lula, acompañado por su ministra de Ciencia y Tecnología, Luciana Santos, así como por la embajadora de Francia en Brasil, Briggite Collet, visitó el submarino y conversó con el Comando de la Marina sobre los alcances logrados en los 15 años desde que fue firmado el convenio.

«Lula fue quien firmó el acuerdo estratégico con Francia en 2008 y ahora regresó a ver el resultado de la semilla que plantó», afirmó el contraalmirante Luiz Roberto Cavalcante Valicente, asesor jefe del Programa de Desarrollo de Submarinos (ProSub).

OTRO EN OPERACIÓN Y DOS MÁS EN CONSTRUCCIÓN

Con el primer submarino ya en operación (el Riachuelo S-40) y el segundo listo para su uso, el cronograma del ProSub prevé la entrega del Tonelero (S-42) en 2024 y del Angostura (S-43) en 2025. Ya el último de los sumergibles, el «Álvaro Alberto» (SN-BR), de propulsión nuclear, aún está en fase de desarrollo.

El diseño de los cuatro primeros, con propulsión a diesel y de Clase Riachuelo, está basado en el de la Clase Scorpene francesa.

El Humaitá, con capacidad para mantener 35 tripulantes durante 70 días en el mar, tiene 71,6 metros de eslora, 6,2 metros de manga, un desplazamiento de 1.870 toneladas y puede operar a profundidades de hasta 300 metros, impulsado con 4 motores que utilizan combustible diesel y otro eléctrico.

El sumergible está equipado con 6 tubos de torpedos de 21 pulgadas, cada uno con capacidad para hasta 18 torpedos F21 o para misiles SM39 Sub Exocet y minas submarinas. Igualmente cuenta con dos periscopios, uno tradicional y otro optrónico, capaces de enviar imágenes directamente a los centros de comando.

La construcción de los submarinos es fruto del contrato de transferencia de tecnología y cooperación militar que Brasil firmó con los astilleros estatales franceses DCNS por 7.287 millones de dólares, de los que ya fueron gastados el 62,5 %.

El programa de cooperación también permitió la construcción de un complejo de infraestructura industrial y de apoyo a las operaciones de los submarinos, que incluye astilleros, Base Naval y Unidad de Fabricación de Estructuras Metálicas, en Itaguaí, municipio en el litoral sur del estado de Río de Janeiro.

La previsión es que todo el proyecto concluya en 2034, cuando el submarino nuclear sea botado y Brasil pase a integrar el exclusivo grupo que domina la tecnología de la propulsión nuclear para submarinos, del que solo forman parte China, Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Rusia.

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