Ciudad Guayana.- Apenas salía el sol cuando Marco Antonio Maíz recibió el número 752 para optar este lunes a renovar su cédula de identidad en las oficinas del Saime, en Puerto Ordaz.

No lo recibió de un funcionario acreditado, ni de un policía del estado ni de alguien con uniforme. Se trató, más bien, de la iniciativa de una persona que se levantó mucho más temprano que él y ocupaba los primeros puestos en la cola.

Posiblemente esa persona, bastante astuta, llegó el día anterior, pues Marco asegura que la lista estaba rodando desde el domingo. Mismo día en que el mandatario Nicolás Maduro incluyó al Saime, y a otros 24 sectores, en el esquema de flexibilización 7+7 –ahora- Plus.

Marco Antonio tiene 22 años de edad, es estudiante de periodismo y está a punto de graduarse. Su cédula de identidad venció en el año 2018 y desde entonces ha intentado realizar la renovación del documento.

Contrario a un país normal, en Venezuela obtener un documento de identificación no es tarea fácil. No solo depende del horario de trabajo de la oficina, que puede ser simplemente media mañana, sino también que haya material disponible, que el “sistema” funcione y que el funcionario cumpla con su trabajo sin incentivos en divisas para “agilizar” el papeleo.

Este 19 de octubre inició la “jornada de cedulación preelectoral” en todo el país. Según información oficial del ente público la coordinación entre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Saime garantizarán el “derecho al voto” de los venezolanos en las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Marco Antonio vio en esta convocatoria la oportunidad de conseguir finalmente su documento, sin necesidad de pagar en dólares por un trámite que es gratis para todos los venezolanos.

Por el estado Bolívar, cuya población sobrepasa los 500 mil habitantes (2015), el Saime habilitó solo dos oficinas: una para el municipio Caroní (que incluye Puerto Ordaz y San Félix) y otra para el municipio Heres (Ciudad Bolívar).

“Con la excusa de que aún hay tiempo (hasta el 4/12/20) el SAIME trata de tapar con el pulgar las claras deficiencias que presentan en todos los niveles. Una sola oficina para toda una ciudad. ¿En qué mente? Reunir a más de 1500 personas y atender solo a 200. ¿En serio?”, dijo el  joven periodista en Twitter, donde decidió narrar toda esta experiencia.

Marco Antonio estima que este lunes 19 de octubre, en el primer día de operativo de cedulación pre-electoral, se acercaron al Saime unas 1.500 personas, entre adultos mayores, mujeres embarazadas y discapacitados.

De todas ellas, calcula que solo 200 personas pudieron ser atendidas.

“No pierdan tiempo ni se arriesguen en el Saime de Puerto Ordaz (…) Como recomendación, vaya el día anterior a anotarse, porque dudo mucho que el panorama cambie. Asegúrese de estar entre los 200. De no ser así, no se pongan en peligro y tampoco pasen un mal día agarrando sol sin sentido”, advirtió.

Marco Antonio Maíz confesó haberlo pasado “muy mal” en su intento por renovar su cédula, objetivo que claramente no consiguió. Sintió que perdió toda la mañana, bajo un sol inclemente y sin hidratación suficiente.

Además, el miedo por sobreexponerse al virus que ha acabado con la vida de, al menos, 731 venezolanos.

El distanciamiento, como una medida clave para disminuir los riesgos de contagio de Covid-19, se quedó en la teoría. La enorme cantidad de gente bordeaba todo el centro comercial y sus alrededores.

Lo más cercano a las medidas de bioseguridad recomendadas por la Organización Mundial de la Salud es el alcohol que aplican en las manos antes de ingresar a las oficinas del Saime. “Los tapabocas, obligatorios no son, por eso algunas personas andaban relajadas caminando por doquier si portar su mascarilla”, recalcó.

En la cola del Saime se cuida el que se quiere cuidar. Sin embargo, corres un alto riesgo de contraer el dichoso virus y ni te enterarías-.

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