Dublín.- Irlanda ha sido azotada por dos vientos, los de la tormenta «Ciara» y los de una parte del electorado que acudió este sábado a las urnas con la intención de insuflar aires de cambio en la política nacional y acabar con el bipartidismo.

A pesar del temporal, en torno al 62 % de los votantes acudieron a la cita con las urnas, según indica un sondeo a pie de urna de la cadena pública RTE y el diario Irish Times, que deja en el aire la continuidad del primer ministro, el democristiano Leo Varadkar.

La encuesta indica que el gobernante Fine Gael (FG) recibió el 22,4 % de sufragios de primera preferencia, el 22,3 % para el izquierdista Sinn Féin -antiguo brazo político del ya inactivo IRA- y el 22,2 % del centrista Fianna Fáil (FF), principal fuerza de la oposición en la pasada legislatura.

Debido al complejo sistema electoral irlandés, de transferencia de voto, es imposible decir aún quién ha obtenido el mayor número de escaños, que se dirimirá durante el recuento de sufragios, que comienza este domingo a las 09.00 GMT.

Algo más de tres millones de irlandeses estaban hoy llamados a las urnas para votar en unos comicios que podrían acabar con nueve años de gobierno del FG, liderado durante los últimos tres por Varadkar, de 41 años, hijo de un inmigrante indio y el primer jefe de Gobierno de la historia de Irlanda abiertamente gay.

Durante la campaña, los líderes del FF y del Sinn Féin, Micheál Martin y Mary Lou McDonald, lograron ensombrecer los triunfos de Varadkar en la economía, que registra la tasa de crecimiento más alta de Europa y roza el pleno empleo, y en la política internacional, con su destacado papel en las negociaciones de un acuerdo del Brexit.

El Sinn Féin quiere romper ahora ese bipartidismo y cuenta, sobre todo, con el apoyo del electorado de las zonas más deprimidas y de los más jóvenes, quienes ya no relacionan a los republicanos con la campaña terrorista que desarrolló el IRA durante el pasado conflicto norirlandés.

McDonald ha prometido aumentar la inversión en vivienda pública con la construcción de hasta 100.000 nuevas viviendas, congelar los alquileres, disparados desde hace una década, y mejorar la sanidad pública, medidas que sus rivales dicen que son populistas y que podría dañar a la economía, endeudando al Estado.

Los expertos creen que, a pesar de los sondeos, el Sinn Féin no convertirá en escaños el porcentaje de votos que le conceden las encuestas, debido a que presenta menos candidatos que el FG y FF, que se beneficiarán del complejo sistema electoral irlandés, de transferencia de voto.

En ese escenario y dado que los sondeos indican que ninguno de los tres grandes partidos llegarán a la mayoría absoluta, Martin podría verse obligado a buscar apoyos entre las formaciones minoritarias, como los verdes, laboristas o socialdemócratas.

El líder del Fianna Fail tampoco ha descartado formar una gran coalición con Varadkar, con él como primer ministro, o gobernar en minoría con el apoyo de un puñado de diputados independientes y pactos parlamentarios puntuales con los democristianos.

Así gobernó Varadkar durante las última legislatura, gracias a un acuerdo de «suministro y confianza» firmado con FF, por el que le apoyó en cuatro presupuestos generales y se abstuvo en votaciones clave, como en mociones de censura.

Martin y Varadkar también han dejado claro que no formarán gobierno con el Sinn Féin debido a su pasado violento, a pesar de que McDonald resulta más atractiva para el electorado que su antecesor en el cargo, el histórico dirigente Gerry Adams, pues representa a una nueva generación de nacionalistas sin vínculos con el IRA.

El recuento de los sufragios procedentes de las 40 circunscripciones irlandesas comenzará el domingo a las 09.00 horas GMT y los primeros resultados provisionales podrían conocerse a media tarde, aunque los definitivos podría demorarse durante días, dada la complejidad de sistema electoral. Javier Aja

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