Pertenecer al emporio industrial de Ciudad Guayana resultaba la meta de todos los venezolanos en la década de los 80’, 90’ y principios del 2000. Formar parte de las filas de Bauxilum, Venalum, Ferrominera, Sidor, era el sueño de todos, garantía de futuro y estabilidad económica.

Las empresas básicas de Guayana, casas del hierro, acero, aluminio, y otras materias primas, se posicionaron como la alternativa no petrolera de Venezuela,  sin embargo, su carta de presentación no solo era la producción y transformación de estos minerales, propios del estado Bolívar, sino también destacaban por su capital humano y su capacidad instalada para atender todo tipo de eventualidades con equipos y tecnología de primera.

Así lo describe Domenico Braca, guayanés, ingeniero mecánico egresado de la Universidad Simón Bolívar, Caracas, Venezuela  en el año 1985; hoy con más de 37 años de experiencia en Sistemas de Protección contra incendios, certificado como especialista internacional por la NFPA (CFPS y CEIPMSR), miembro de la SFPE; fundador y presidente del Capítulo NFPA Venezuela desde 2009 hasta 2013, y mente maestra de proyectos dirigidos en ingeniería de sistemas contra incendios en empresas como CVG Venalum, Sidor, Ferrominera, Bauxilum, Briqven, Masisa, entre muchas otras, de alcance nacional e internacional.

Braca recuerda al holding CVG como un grupo empresarial referencia, a la par de las petroleras. Destaca el protagonismo que se le dio a la preparación constante de su personal, para el funcionamiento óptimo de distintas áreas. «Las empresas de guayana  destacaban por su excelencia. Se capacitó a un personal en todo momento, siempre estuvo el comité de ayuda mutua, se establecieron análisis que permitían que el personal técnico manejara de manera precisa estos sistemas», comenta en entrevista exclusiva para Nueva Prensa Digital.

Sistema contra incendios

De manera particular, Braca hace mención al sistema contra incendios de las empresas básicas de Guayana,  que consistía –según su explicación- no solo en el diseño, la ingeniería, el plan y el esquema a trabajar, sino en la evaluación e instalación de equipos y sistemas listados y aprobados por laboratorios reconocidos internacionalmente, «esto requería una instalación acorde con las exigencias a nivel internacional que obligaba al personal a estar capacitado permanentemente».

Domenico Braca insiste en la importancia de mantener estos sistemas actualizados con el pasar del tiempo, pues de su adecuación y desempeño ante cualquier incidente o conato, depende el cuidado de la infraestructura del inmueble.

«Era dar a entender a la empresa y a los trabajadores, en este caso, la importancia del sistema contra incendios que, básicamente se traza en cuatro líneas: seguridad humana con sistemas automáticos, protección del activo e infraestructura, continuidad operativa del negocio y protección al medio ambiente», describe.

El sistema contra incendios se refiere al conjunto de medidas diseñadas, dentro de un plan de seguridad, promovido y guiado por normas internacionales, para minimizar los efectos del fuego en caso de incendio y resguardar la vida, así como la propiedad o el inmueble.

Cada sistema se adapta a la infraestructura a proteger, con equipos y tecnología de primera siguiendo el marco regulatorio de la NFPA y de los reaseguradores internacionales. En el caso de las empresas básicas de Guayana, en su momento, estaban amparadas bajo esta normativa, pues trabajaban de la mano de las exigencias de estas reaseguradoras que velaban por la correcta instalación y el óptimo funcionamiento del sistema. «Actualmente podría no ser así», precisa Braca.

De allí parte la necesidad –agrega- de repensar en la reactivación con base en el futuro, porque – a su juicio- todavía existe el potencial para retomar la ciudad industrial, rescatando los principios de quienes contribuyeron con dicha planificación, fundamentada en un modelo de desarrollo basado en acero, aluminio, hierro, etc.

«Es necesario también la sensibilización desde todas las fuerzas vivas de la sociedad, esto incluye autoridades competentes, universidades, gremios y las cámaras industriales y de la construcción. Insistir en la importancia de diagnosticar para poder adecuar y actualizar estos sistemas contra incendios. Recordemos que estamos salvaguardando vidas y protegiendo activos. Si estos sistemas no están operativos, un conato de incendio puede escalar a una magnitud no controlable», alerta.

Inversión

Domenico Braca hace mención a la alta inversión que se registró entre los años 70 y 2014 en materia de mantenimiento y adecuación de equipos en los departamentos Protección Integral, Seguridad Industrial, Control de Riesgos y Control de Emergencias; «Alrededor de 2015 bajaron las inversiones», detalló. Desde entonces cree que los sistemas contra incendios ni se mantienen, ni se adecúan ni se actualizan a los nuevos tiempos, lo cual va en detrimento del desempeño, y por consecuencia, en el cumplimiento de su objetivo. «Quiero pensar que no es así», sostiene.

Vale recordar que la producción de las empresas básicas de Guayana ha caído de manera descomunal, al punto de llegar a cero en los últimos 10 años. En la actualidad, trabajadores devengan un sueldo por debajo de los 30 dólares al mes, considerado por el Banco Mundial como pobreza extrema.

Los años a los que hace referencia el especialista Domenico Braca, registraban una nómina de, al menos, unos 50 mil trabajadores entre todas, con capacidad instalada a tope.

La opacidad oficial, que incluye el ocultamiento de los datos del Ministerio del Trabajo, ha hecho imposible en los últimos años identificar cuán profundo es el daño al empleo en la región, en la otrora alternativa petrolera.

Recuperación

Aun así, pensando en el futuro y en un mejor porvenir, considerando recientes declaraciones del presidente de la CVG, Pedro Maldonado, donde asegura un robusto incremento de su producción durante el año 2022,  el ingeniero destaca la importancia de llevar a cabo en estos tiempos un diagnóstico real, algo que pareciera complejo, según su experiencia, sobre todo si no hay inversión.

«Si hay poco presupuesto, los sistemas no funcionarán; el no tener el mantenimiento correcto y las pruebas con la frecuencia que se debería realizar en este tipo de sistemas, esto, como mencionamos, traería grave consecuencias», subraya.

Rescatar al emporio industrial de Guayana y adecuarlo, no solo para su óptima producción, sino en materia de sistemas que salvaguarden vidas, protejan el activo y garanticen la continuidad operativa, requiere de tiempo y de un recurso humano que esté bien formado como en alguna oportunidad tuvimos, dice Braca. «Es necesario un plan maestro, pero sobre todo que exista voluntad corporativa. Es posible rescatarla y retomar el liderazgo regional, como alguna vez lo fue a la par de la industria petrolera», comenta.

Domenico Braca cree en el trabajo en conjunto con el esfuerzo de todos, con el estudio de la normativa a nivel internacional, con el aporte de las universidades, con el compromiso de los gremios y de las cámaras y con el marco regulatorio adecuado, de manera que las autoridades competentes estén involucradas, «todas estas fuerzas vivas deberían formar parte del diagnóstico para transformar esta realidad», concluye.

 

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