“En aquel tiempo todos quedaron asombrados de la intervención de Dios. Y como todos se quedaban admirados por las cosas que hacía Dios, Jesús dijo a sus discípulos: «Escuchen y recuerden lo que ahora les digo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.» Pero ellos no entendieron estas palabras. Algo les impedía comprender lo que significaban, y no se atrevían a pedirle una aclaración”.

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

 La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a San Jerónimo, el gran Doctor Bíblico, traductor de la Sagrada Escritura, del hebreo y griego, al latín. Tres palabras para definir su vida: Penitente, Predicador y Varón de DIOS. Promovió la vida monástica al decidir vivir los últimos años de su vida en una gruta en Belén, a lado de donde nació nuestro Señor JESUCRISTO. Allí escribió un gran número de enseñanzas y comentarios o exegesis, sobre los Libros Sagrados. Nació en Dalmacia, hacia el año 340 y murió en Belén en el año 420. 

En la liturgia del día meditamos los textos: Za 2,5-9.14-15a; Sal Jer 31,10-12; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 9, del verso 43b al 45. Este texto se encuentra justo después de la Transfiguración y de la sanación de un endemoniado, por lo que podemos deducir que los discípulos se encontraban fascinados por el aura de triunfo y grandeza que rodeaba a JESÚS. Este era el Mesías que seguramente coincidía con las expectativas de poder que se habían forjado los discípulos.

Y es que, las expectativas de los discípulos de JESÚS era un Mesías que liberaría al pueblo judío del Imperio Romano, y la creación de un estado poderoso. Expectativas que había crecido al ver los gestos de AMOR de JESÚS, ya que tenían un efecto Transformador en las personas, que, los poseídos por la ideología opresora los interpretaban como gestos de poder. Por eso JESÚS reprende con severidad a sus discípulos, y con su práctica humilde y Amorosa, toma distancia de tal concepción, e invita a releer el Cántico del Siervo Sufriente, presente en el libro de Isaías.

Es claro que el Mesianismo de JESÚS no se corresponde con la tradición del Antiguo Testamento de un DIOS que se afirma por el poder, incluso destruyendo a los enemigos. En las Buenas Nuevas que nos trae Nuestro Señor JESUCRISTO, la opción por el AMOR elimina la competencia por el poder que llama a la violencia. Y más bien se Revela en la sencillez de la condición humana, identificándose como el «Hijo del Hombre», que se hace humano para enseñarnos a vivir como humanos. No se hace un Mesías triunfante, sino, un Mesías sufriente que opta por los pobres y entrega su vida por la Salvación de la humanidad.

Al confrontarnos con el texto, vemos como los discípulos de estos tiempos también andamos muchas veces, desorientados en torno al Mesías que seguimos, ya que frecuentemente nos dejamos llevar por las falsas ilusiones de la fama, del éxito, las grandezas de nuestras obras y ocupar puestos de relevancias, de sentirnos más importantes que los demás. Porque lamentablemente es eso lo que cuenta para nuestra sociedad y para el mundo en general.

Y es que en nuestra sociedad y en el seno de nuestras familias hemos desarrollado la idea de que los importante es la meta, sin importar los medios y por eso hoy tenemos unos sectores sociales bien diferenciados. De allí que muchos delincuentes sean admirados por sus pertenencias mal habidas, por su lujos y derroches, por su negación a la vida, mientras que escasean los ciudadanos íntegros que más temprano que tarde reaparecerán para hacernos volver a la senda de la moralidad y de una sana convivencia ciudadana.

De allí que hoy sea el día para preguntarnos: ¿Hemos puesto nuestra confianza en un Mesías de los éxitos o estamos claros que nuestra vida personal y comunitaria debe de estar cargada también de fracasos para aprender de ellos y enrumbarnos hacia el encuentro con nosotros mismo y con DIOS? ¿Ante los fracasos solo pensamos en la huida como lo hicieron los discípulos en el Getsemaní o avanzamos con nuestra cruz hasta el calvario, para morir y alcanzar la Resurrección con nuestro Maestro?

Señor JESÚS, regálanos Tu Espíritu de discernimiento para dejarnos interpelar de manera Clara con Tú Palabra y saber que, Tu Mesianismo de solidaridad y de servicio es el camino, para alcanzar la Vida Eterna.

Amén

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