El coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, llamó hoy a la desescalada y distensión en la región, cuando se espera una represalia de Irán o Hizbulá contra Israel, tras los «asesinatos selectivos» de líderes de Hamás y Hizbulá.
El enviado de Naciones Unidas indicó que estos días de máxima tensión ha mantenido «conversaciones críticas», con las partes y otros Estados de la región, incluidos Líbano, Egipto y Catar para recabar apoyos por la «distensión regional».
«Subrayé la urgencia de abordar el creciente riesgo de una grave escalada, que plantea una amenaza sustancial a la estabilidad regional. Examinamos los esfuerzos en curso para mediar y distender la situación y evitar una propagación del conflicto», señaló Wennesland en un comunicado desde Jerusalén.
Amenazas inmediatas
El diplomático insistió en la necesidad de «una acción urgente y coordinada» para evitar un mayor deterioro de la situación de seguridad en la región.
«Es fundamental que actuemos de manera decisiva y colectiva para abordar las amenazas inmediatas y sentar las bases para una paz duradera», destacó.
La guerra en Gaza cumplió ayer 300 días, en los que han muerto 39.500 palestinos, y más de 90.000 heridos, mientras está en riesgo de extenderse a una escalda bélica regional, después de que Israel matara esta semana al máximo jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán; y al jefe militar de Hizbulá, Fuad Shukr, en Beirut.
El cuerpo de Haniyeh fue trasladado ayer a Doha, donde hoy tuvo lugar un multitudinario funeral para despedirlo, mientras Israel está en «alerta máxima» ante la promesa de represalia tanto de Irán, como de Hizbulá, así como de las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamás.
Israel también confirmó ayer haber matado en un ataque el pasado 13 de julio al comandante jefe del ala militar de Hamás, Mohamed Deif, considerado el cerebro de los ataques del 7 de octubre.
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