West Palm Beach/Florida, Estados Unidos. El campocorto puertorriqueño Carlos Correa y el veterano lanzador Justin Verlander mostraron este jueves su arrepentimiento por la implicación en el escándalo del robo de señales que su equipo de los Astros de Houston protagonizó en la temporada del 2017.

«No, no. Eso es mentira», exclamó Corra al comentar el asunto de las especulaciones sobre los dispositivos. «Lo sabemos 100% como equipo. Y les puedo decir que si estoy mintiendo aquí, pierdo credibilidad. Ustedes me conocen. Quiero decir la verdad cada vez que hablo con ustedes. (Lo de los dispositivos) es falso. Nadie tenía nada puesto. ¿2018? Nada. ¿2019? Nada».

Pese a desmentir las acusaciones en torno a los dispositivos, Correa sí expresó sumo remordimiento por el escándalo del robo de señales, revelado en una investigación de las Grandes Ligas dada a conocer el mes pasado por el comisionado de las mayores, Rob Manfred.

Dicho informe asegura que en la temporada regular del 2017, los Astros utilizaron medios electrónicos para descifrar las señas de los receptores contrarios y comunicarles a los bateadores del equipo de Houston que tipo de lanzamiento iban a recibir.

Ese año, los Astros se proclamaron campeones de la Serie Mundial por primera vez en su historia.

«No hay excusa hoy», destacó Correa. «Estuvimos mal por todo lo que hicimos en el 2017. No es lo que representamos. No es lo que queremos demostrar como organización. Estamos bien arrepentidos».

A diferencia del dueño de los Astros, Jim Crane, quien cuestionó que el escándalo hubiese podido afectar a la imagen del béisbol, inclusive si el sistema del robo de señas pudo beneficiar al equipo, Correa admitió que sus acciones tuvieron efecto negativo.

«Sabemos que afectamos carreras, afectamos el juego de alguna manera y ahora mirando hacia atrás, simplemente estuvo mal. Ojalá lo hubiéramos detenido como equipo. No lo hicimos y ahora estamos pagando el precio. Estamos profundamente arrepentidos», subrayó Correa.

El toletero boricua también fue categórico y honrado al admitir que el sistema de robo de señales establecido por los Astros les daba ventaja.

«Definitivamente, es una ventaja saber lo que venía. No les voy a mentir», declaró Correa. «Creo que te da mayores posibilidades (de éxito)».

Pero también dio su versión sobre el efecto del sistema durante la postemporada del 2017, y en especial en la Serie Mundial ante los Dodgers de Los Ángeles, de la que dijo fue otra historia.

«Recuerdo que cuando fuimos al Dodger Stadium, usamos múltiples señas (para los Juegos 1 y 2)», contó Correa. «Cuando fueron a nuestra casa, ellos usaron múltiples señas también. No había forma de comunicar señas cuando la oposición las está implementando de manera múltiple».

Correa explicó también que durante los playoffs el ambiente es completamente diferente y no favorecía la utilización del sistema de robo de señales y su descodificación con ruidos.

«El ambiente de los playoffs, es bien ruidoso. La gente usaba múltiples señas en nuestro estadio por los rumores o lo que sea, lo que estaba pasando en ese momento. Cuando recuerdo los playoffs y esos juegos, no se vieron afectados como en la temporada regular», explicó Correa.

Mientras que sobre el famoso cubo de basura golpeado como forma de comunicarles las señas a los bateadores de Houston, Correa reconoció su existencia.

«Sí, estaba ahí si se nos presentaba la oportunidad, pero recuerdo que (los Dodgers) usaban múltiples señales y es imposible descifrar todas», agregó.

Por su parte, Verlander reconoció que tendría que haber expresado su disconformidad con lo que estaba sucediendo, pero no lo hizo, algo de lo que se arrepentía.

«Una vez que pasó un tiempo y entendí lo que estaba sucediendo, tendría que haber dicho más», admitió Verlander. «No puedo regresar y revertir mi decisión. Ojalá hubiera dicho más y no lo hice».

EFE

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