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Irene Idalgo enciende fuego en el rin de la rueda de un carro a modo de estufa para cocinar con trozos de madera, en Maracaibo (Venezuela). EFE/Henry Chirinos

Los venezolanos, que luchan contra una mayor escasez de gas doméstico, están recurriendo a quemar ramas de leña y pedazos de muebles en sus cocinas para poder preparar sus alimentos.

No existe un cronograma gubernamental claro para restablecer las ventas de gas propano tres semanas después de que una explosión en una planta procesadora paralizó el suministro del combustible que la mayoría de los venezolanos utilizan para cocinar.

La escasez se ha vuelto tan grave que los residentes de algunas zonas de Caracas y otras regiones están recurriendo a parrillas de carbón o eléctricas para preparar sus comidas.

Los gobiernos locales están racionando el gas doméstico y las redes sociales están repletas de imágenes de personas haciendo cola durante días con la esperanza de rellenar sus bombonas, indica un reportaje publicado por Bloomberg Línea.

En la zona de Petare, en Caracas, los residentes hierven agua sobre leña para cocinar sus hallacas decembrinas. En algunos casos, añadían material de embalaje de espuma de plástico y otros desechos para avivar el fuego.

Incluso para quienes no se ven obligados a improvisar combustible para cocinar, las emanaciones de humo de los vecinos pueden resultar molestos y peligrosos.

Peligro para la salud

La contaminación del aire en las viviendas provocada por la quema de combustibles como la madera afecta fatalmente a más de tres millones de personas al año en todo el mundo, y la carga recae desproporcionadamente sobre las mujeres y los niños, según la Organización Mundial de la Salud.

«Yo misma estoy construyendo una pequeña estufa con ladrillos para cocinar con carbón”, dijo Elena Guzmán, quien vive en Palo Negro, en el estado Aragua. “Le presté mi bombona de gas a mi mamá y ya la usó toda”, cita el reportaje publicado por Bloomberg Línea.

La escasez se produce cuatro años después de que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) tomó el control de la distribución de gas propano y racionó las entregas después de que una planta de procesamiento se incendió y paralizó los suministros del combustible.

Los efectos de la explosión de Muscar

Los problemas recientes comenzaron el 11 de noviembre, tras una explosión en un complejo de producción de gas natural Muscar en el estado Monagas. La planta separa los subproductos del gas del petróleo crudo y luego los envía a un complejo más grande donde se procesa el propano antes de enviarlo a los centros de distribución.

Si bien los trabajadores han logrado restablecer la producción de gas natural en la planta, la salida de gas propano sigue limitada.

Al 30 de noviembre pasado, la producción de gas propano en el país seguía siendo 70% inferior a los niveles previos a la explosión, según datos vistos por Bloomberg.

El uso de leña y otras alternativas al propano es más frecuente en áreas fuera de Caracas, donde el suministro de energía es más frágil.

“Los distribuidores locales me dijeron que cuidara lo que tengo, porque les dijeron que PDVSA está racionando y no saben cuándo llegará el camión de gasolina”, dijo Juana Rodríguez, quien vive en La Guaira, cerca de Caracas.

El gobierno atribuyó la explosión a “ataques terroristas” de “extremistas” que tenían como blanco “el corazón del sistema de gas natural del país”. Al menos 11 personas fueron detenidas, dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez una semana después del incidente.

Por ahora, las autoridades regionales y municipales de estados como Anzoátegui, Táchira, Barinas y Nueva Esparta están racionando el suministro y restringiendo las ventas de gas doméstico.

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