En los últimos cuatro años, alrededor del mundo se registró un aumento de 8,4 millones de niños que se encuentran en situaciones de esclavitud infantil, elevando la cifra a 160 millones a nivel internacional, de acuerdo a un informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Todos los años, el 16 de abril se conmemora el Día Mundial contra la Esclavitud infantil como recuerdo del asesinato de Iqbal Masih, un niño de 12 años ocurrido en 1995, quien con tan solo 4 años de edad fue vendido por su padre a una fábrica de alfombras de Punjab en la India, dado que a su familia necesitaba dinero para la boda del hijo mayor.
La esclavitud infantil se puede definir como la utilización de niños en trabajos normales o peligrosos para fines económicos familiares o de otra índole, afectando el desarrollo personal, emocional y el disfrute de sus derechos.
Los trabajos van desde actividades forzosas, la explotación sexual, reclutamiento de niños soldados hasta la esclavitud doméstica.
Los expertos coinciden que esto es una de las violaciones de derechos humanos «más graves» que los adultos pueden ocasionarle a las niñas y niños hoy en día.
Asimismo, esto tiene muchos detonantes como la pobreza, discriminación, falta de políticas sociales y de acceso a una educación adecuada y de calidad.
Tipos de esclavitud infantil
Existen siete tipos de esclavitud infantil en el mundo que se pueden identificar y que son los principales escenarios que viven los niños y niñas, dependiendo de su país de origen y situación.
Trata infantil
La pobreza, la globalización y la consiguiente demanda de mercancías y mano de obra baratas han provocado una demanda sin precedentes de menores trabajadores.
Explotación sexual
Cerca de 1,8 millones de niños en todo el mundo los explotan sexualmente con fines comerciales. La mayoría de ellas, son niñas, obligadas por adultos a ejercer la prostitución o utilizadas en la industria pornográfica y en el turismo sexual.
En el caso del estado Bolívar, sobre todo en las poblaciones mineras, los jóvenes son víctimas de explotación laboral y sexual, donde en el ámbito sexual, las investigaciones revelaron que un 76% de las víctimas son mujeres y un 25% corresponde a niñas y adolescentes.
Niños soldados
En zonas de guerra como Angola, Afganistán, Sierra Leona o Sudán del sur han utilizado a niños, niñas y adolescentes para colocarlos en la primera línea de batalla.
Más de 300.000 niños y niñas menores de 15 años se encuentran relacionados de algún modo con las fuerzas armadas.
Matrimonio infantil
Se prevé que durante la próxima década 100 millones de niñas las forzarán a casarse antes de cumplir los 18 años.
Trabajo infantil forzoso por endeudamiento
Este tipo de explotación en la que el menor contrae una deuda con su patrón y es obligado a trabajar hasta que pague lo que debe, los países donde frecuentemente se presenta este tipo de situación son India, Nepal, Pakistán y Bangladés.
Trabajo forzoso en la mina y la agricultura
A pesar de que la mina es uno de los trabajos más peligrosos del mundo, 200.000 niños y niñas trabajan en África occidental y un millón de menores en minas y canteras de Asia y Sudamérica.
En el estado Bolívar, los jóvenes para la minería se encuentran utilizados para bajar a los «huecos», para hacer lo que en la minera se le llama «saloneo», que es el picado de la tierra para sacar material aurífero.
Esclavitud domestica
Esta es la realidad de más de 40 millones de niños y niñas, donde trabajan como empleados domésticos y 10 millones permanecen ocultos tras las puertas.
Este tipo de explotación infantil sucede en su mayoría a niñas que sufren castigos extremos como golpes con planchas ardiendo, flagelaciones y quemaduras con agua hirviendo.
Falta de datos en Venezuela: un riesgo para los niños
El trabajo de la infancia y la adolescencia está regulado por la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescentes (Lopnna) y en el artículo 54 de la Constitución se establece que ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre.
La falta de datos oficiales es un factor que aumenta el riesgo al que están expuestos los niños y niñas en este contexto, debido a que se «invisibiliza» —dentro de la población infantil—, pues son los más vulnerados, causando la difícil ubicarlos en el territorio nacional y determinar el tipo de explotación que sufren.
Las formas de esclavitud infantil más destacas en Venezuela son la prostitución ajena u otra manera de explotación sexual, explotación laboral, mendicidad forzada y la utilización de niños, niñas y adolescentes en actividades delictivas.
La abogada María Victoria Ramírez considera que las leyes venezolanas son una de las mejores del mundo, sin embargo, no tienen una aplicación efectiva.
«Si tú tienes una ley y no tienes un sistema que lo aplique, no sirve. Hay personas que por corazón, gusto, por amar a su profesión o simplemente por una ayuda voluntaria o empática, si hacen valer el sistema, pero no es suficiente», comentó.
Niños en condición de calle
Ramírez agregó que existe un aproximado de más de 32 mil niños en condición de calle.
Sumado a la falta de acceso a la justicia, el sistema tardío y la corrupción impiden la protección de los derechos de los niños.
«Tienes un sistema muy tardío, un sistema que no importa que tú vayas a las instituciones llorando, que tengas un estrés encima, que tengas que pedir permiso de tu trabajo que ellos simplemente te van a decir, bueno, ese es el proceso, no puedo hacer más nada y quedas desprotegido», enfatizó.
No obstante, recalcó que no son las leyes las que están mal, sino el sistema que no actúa de la manera correcta para que estas puedan ser cumplidas al pie de la letra.
Existen diversos órganos competentes en esta materia como el Tribunal de Protección de Niñas y Niños Adolescentes y el Consejo de Protección, pero la falta de recursos y la saturación de citas dificultan la atención a estos casos.
Ramírez aseveró que los niños y niñas merecen una infancia digna y los padres y representantes tienen responsabilidad de ello.
Explotación infantil en el estado Bolívar
La coordinadora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello en el estado Bolívar, Eumelis Moya, relató a la agencia de noticias EFE que, en investigaciones sobre la minera han encontrado que los jóvenes son víctimas de laboral y sexual.
En la investigación realizada por este centro arrojó que en el ámbito sexual, el 76 % de las víctimas son mujeres y el 25 % corresponde a niñas y adolescentes.
Muchos de los menores que se sumergen en este «mundo minero» es porque no consideran «rentable» continuar con sus estudios, debido a los gastos que implican.
Problema latente
Para cerrar, Ramírez señaló que para evitar que la explotación siga sucediendo, se debe establecer diversos sistemas de identificación para los niños que sufran alguna de estas situaciones y centrar los esfuerzos para apoyar a los infantes trabajadores no abandonen sus estudios.
Además de hacer todo lo posible para prevenir el matrimonio infantil acabé con la infancia de las niñas.
La abogada María Victoria insiste en que no debe prevalecer la impunidad en los casos de esclavitud y todos deben ser denunciados para darle visibilidad a este problema, a pesar del retraso del sistema en esta materia en el país.
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