Un reciente informe de compilación histórica en España y Francia, presentó un inusual ritual de sacrificio que realizaban los agricultores del Neolítico hace más de 2000 años, con la creencia de que mejoraría los cultivos. 

El sacrificio denominado ‘incaprettamento’, es un tipo de asfixia a causa de una posición forzada, donde la víctima se colocaba boca abajo y era atada del cuello a las rodillas flexionadas. Tal práctica la ejercían los cazadores e influyó a los agricultores neolíticos europeos. 

Según el autor de la investigación y miembro del Instituto Universitario de Francia, Eric Crubézy, «ya se había descrito o sospechado en la Europa neolítica, pero esta es la primera vez que se demuestra en tantos casos y en un área geográfica y temporal tan amplios».

El estudio dio inicio en una sepultura en Saint-Paul-Trois-Châteaux, Francia, en el cual se hallaron los esqueletos de un par de mujeres sacrificadas entre los años 4000 y 3500 a.C. 

A raíz de esto, se sumaron los cadáveres de nueve hombres, cinco mujeres y cuatro niños con cualidades semejantes al del primer caso, sin embargo, la mayoría no se hallaba en aquella posición forzada, siendo encontradas en 14 yacimientos, donde se destacan Bòbila Madurell y Pujolet de Moja, en Barcelona. 

Fenómeno cultural 

Los científicos señalan en su investigación que «este fenómeno cultural pudo diversificarse en Europa Central y estructurarse a ritmos diferentes durante casi dos milenios antes de culminar a finales del Neolítico Medio en el valle del Ródano y Cataluña». 

Los cuerpos hallados en Saint-Paul-Trois-Châteaux tenían signos de estrangulación con ligaduras y asfixia posicional. 

También notaron que algunos esqueletos tenían presentes enormes piezas de piedra, las cuales se utilizaron para inmovilizar a las víctimas, lo que evidencia «con certeza», que eran enterradas vivas en sus tumbas, indicó Crubézy. 

Dichos sacrificios se ejecutaron en zonas similares a un granero, sobre todo en fechas relacionadas con los solsticios . 

Todos las situaciones «evocan los sacrificios agrícolas» y rememora que los pueblos agrícolas de «numerosos lugares en todo el mundo» los realizaban con el fin de «asegurar buenas cosechas o para protegerlas».

Tradición neolítica 

Con la idea de definir si estas prácticas violentas tienen conexión con la tradición neolítica a gran escala, los especialistas analizaron más actos asociados con prácticas funerarias insólitas, como cuerpos puestos en posturas anormales o con alguna señal de violencia. 

El caso más antiguo data de 5400 a 4800 a.C y se halló en Brno-Bohunice, República Checa, mientras que el más reciente fue entre el 4000 a 3500 a.C en Cataluña, indicando que técnica de la postura forzada se preservó por más de 2000 años. 

Finalmente, Crubézy explicó que «en las sociedades donde se hacían sacrificios por la cosecha, las mujeres y los niños podían ser enterrados vivos, lo que hace que el Neolítico europeo, desde ese punto de vista, no sea una excepción».

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