Madrid.-Como testigos de piedra de una historia milenaria, los más de 10.000 castillos y fortalezas de España abren la puerta a conocer la arquitectura, las hazañas y los personajes del pasado y los misterios y leyendas de sus muros.

Los hay de distintas épocas y estilos arquitectónicos, amurallados o palaciegos, desde los conservados perfectamente a los que apenas mantienen unos restos en pie, en lugares remotos del interior del país o en ciudades.

La directora de la Red de Castillos y Palacios turísticos de España, Mónica Brías, explica a Efe que estas construcciones se encuentran «en todas y cada una de las regiones de España», algunas incluso son de origen romano, pero la mayoría tienen una antigüedad del entorno de los 1.000 años, levantados en plena Edad Media.

En algunos casos, los edificios reflejan los estilos y técnicas de construcción de épocas sucesivas porque ya se levantaron en lugares estratégicos y luego se fueron reconstruyendo, detalla.

Muchos de ellos fueron construidos por los musulmanes, conquistados y reconstruidos por los cristianos y adaptados después como residencia, una vez perdido su valor militar y defensivo.

ÚNICOS EN EL MUNDO

Para darlos a conocer, la Red de Castillos y Palacios de España, con el apoyo de la Secretaría de Estado de Turismo y Turespaña, ha habilitado una plataforma web (www.castillosypalacios.es) con información sobre dónde se encuentran, características históricas y posibilidades de visita, actividades culturales, organización de eventos o gastronomía.

«Son únicos en el mundo, e interesantes para que el público conozca la historia de forma amena, lúdica, ya sea con familia o con amigos», asegura Brías, quien defiende que conocer la historia genera una comunidad «más fuerte», que se respeta más y aprecia donde vive.

Fomentar esta clase de turismo entre viajeros internacionales, que hasta ahora suponían la mayoría de las visitas, era una apuesta por el «turismo de calidad», alejado del turismo de masas y que acerca a los visitantes a la cultura e historia del lugar; ahora, con las restricciones por la covid-19, es una oportunidad para que la población local conozca los municipios vecinos y la historia de su región.

DORMIR EN UN CASTILLO

Algunos de ellos ofrecen la posibilidad de hospedaje y manutención; son edificios históricos acondicionados que forman parte de la cadena de hoteles de Paradores, una sociedad perteneciente al Estado.

«Constituyen un gran atractivo turístico en sí mismos y, en el caso de Paradores, al igual que el resto de establecimientos, están situados en gran medida en la España vaciada (despoblada), por lo que se articulan como auténticos dinamizadores de las zonas donde están ubicados», aseguran a Efe fuentes de esta entidad.

En el caso de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, organiza actividades en torno a estas muestras de «arquitectura defensiva», que pueden incluir murallas, torres o puentes fortificados, entre otras estructuras.

Pablo Schnell, miembro de la junta directiva y gerente de la asociación, recuerda que no todos se pueden visitar, ya que depende de si están restaurados o no, si son de propiedad privada o pública, o si están abiertos al público debido a las restricciones de la pandemia.

Sin embargo, anima a verlos, incluso desde fuera, y no limitarse a uno solo, sino a «hacer rutas», ya que generalmente están asociados a otras construcciones próximas y se puede comprender su historia de manera más profunda.

Asegura, además, que estos castillos también «son paisaje», lo que se añade a su valor histórico o arquitectónico.

«De la misma manera que tuvieron su función defensiva hace mil años, ahora pueden tener una función de organización del territorio, turística, cultural, incluidos en un paisaje y no ser considerados una ruina inútil», defiende Schnell.

«Son unos de los castillos más auténticos de Europa», valora, sin apenas modificaciones, así que se puede apreciar cómo eran hace mil años.

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