La portada de la revista Nature un estudio liderado por el geólogo Qian Yuan sobre una anomalía descubierta bajo las placas del manto terrestre que se acercan más al núcleo de la tierra, en donde el estudio señala que existen dos regiones bajo las placas de África y del Pacifico tienen una composición diferente al resto de la Tierra, según los métodos computacionales de dinámica de fluidos iniciados por el profesor Deng Hongping del Observatorio Astronómico de Shanghai (SHAO) de la Academia de Ciencias de China, quien es coautor del estudio.
Según observaciones sísmicas, las ondas producidas por terremotos se ralentizan al atravesar estas masas. Esto sugiere que el material es más denso que el resto del manto terrestre, las ondas sísmicas pasan a través de estas áreas, la velocidad de la onda se reduce significativamente, revelando una diferencia en su densidad y por ende creando la hipótesis de que son parte de otro cuerpo celeste.
Un planeta primigenio
La teoría predominante indica que hace 4.500 millones de años, un protoplaneta del tamaño de Marte llamado Theia, y con una composición diferente a la de la Tierra primigenia, colisiono contra esta y sus escombros crearon la Luna, y algunos escombros menores se fusionaron con el manto de la Tierra. El estudio demostró que un 2 por ciento del material de Theia se fusiono con el manto de la Tierra y se fue hundiendo a lo largo de millones de años debido a su composición rica en hierro, que lo hacía más denso, y se convirtió en parte de esas misteriosas placas debajo de África y el Pacifico.
El profesor Deng empezó a estudiar la formación de la Luna en 2017, en el que se centró en desarrollar un nuevo método de dinámica de fluidos computacional llamado Masa Finita sin Malla (MFM), que sobresale en modelar con precisión la turbulencia y la mezcla de materiales para comprender de donde proviene la inusual mezcla de materiales que forman el satélite, que ahora se sabe que es tan rica en hierro como los fragmentos de Theia en la Tierra.
Un cambio en el paradigma geológico
Aunque al inicio se pensaba que la tierra era una formación homogénea, el estudio demuestra que la composición terrestre podría poseer elementos de otros cuerpos celestes varios, siendo la mayor evidencia las rocas volcánicas de Hawaii e Islandia, cuyos componentes químicos podrían dar ser una pista de los primeros eventos geológicos que azotaron la Tierra y cambiaron el proceso de evolución de las placas.
Además, si aceptamos la idea de que la Tierra y otros cuerpos celestes podrían estar compuestos por fragmentos de planetas más antiguos, esto tendría repercusiones para cómo entendemos la formación y evolución de los planetas, el origen de la vida orgánica y propagación de formas de vida primitiva. Podría influir en la forma en que se diseñan futuras misiones de exploración espacial, ya que buscaríamos diferentes tipos de señales y compuestos en planetas y lunas, tanto en nuestro sistema solar como en exoplanetas.
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