«En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos, si cumplen lo que les mando. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre. Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre. Ámense los unos a los otros: esto es lo que les mando».
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela.
La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a San Bernardino, él fue un misionero franciscano. Nació el 8 de septiembre de 1380, y murió el 20 de mayo de 1444, en el convento de los franciscanos en Aquila. San Bernardino fue el más famoso predicador del 1400 y sus sermones sirvieron de modelos de predicación para muchos oradores en los siglos siguientes. El Papa Nicolás V ante la petición de todo el pueblo, lo declaró santo en 1450 a los 6 años de haber muerto.
Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de JESUCRISTO según San Juan, capítulo 15, del verso 12 al verso 17. En el que se comienza y se termina con un discurso de JESÚS, el cual dice a sus discípulos: «Este es mi mandamiento: Que se amén los unos a los otros». Mandamiento que JESÚS nos dio con Su Palabra y con Su Vida. Los versículos centrales se dividen en dos grupos: Amigos y elegidos. El primero vv. 13: muestra que los discípulos son amigos, si guardan sus mandamientos. En contrapartida JESÚS muestra que los considera sus amigos, no siervos, porque les confió todo lo que oyó del Padre.
El segundo grupo está centrado en el tema de la elección v. 16: La elección es iniciativa soberana de JESÚS: «No fueron ustedes quienes me eligieron, fui yo quien los elegí a ustedes y los destiné para que den frutos, y su fruto permanezca para siempre». A diferencia de los evangelios sinópticos, donde se entiende el Mandamiento de JESÚS como ‘Amor al prójimo’, esto es, a todos los hombres, Juan acentúa el Amor recíproco entre los discípulos. Fundamentado en la participación del Amor que une al PADRE y al HIJO, y que deberá transformarse en testimonio para que los otros crean en el PADRE.
Siendo el «Amarse los unos a los otros» el único Mandamiento de JESÚS, por lo tanto, es prioritario y no admite interpretaciones. El Amor de los discípulos Testimonia el Amor Misericordioso del PADRE, que se manifestó en nuestras obras de caridad expresadas en la misericordia para con los hermanos. Porque nuestra profesión de fe hace profesión de Amor y de entrega hacia los demás.
Pertinente es destacar lo que dice el Papa Francisco, en torno a este tema: «Misericordia es el acto supremo por el cual DIOS viene a nosotros. Misericordia es la ley fundamental que mora en el corazón de cada persona cuando ve con ojos sinceros a los hermanos que encuentra en el camino de la vida. Misericordia es el camino que une a DIOS y al hombre»
Al confrontarnos con el texto vemos que JESÚS entrega su testamento, y Mandamiento del AMOR a sus discípulos de todos los tiempos, y declara que ya no somos siervos sino amigos. Sin lugar a dudas que es un mensaje repleto de ternura y que nos llena de alegría al saber qué lugar ocupamos en las prioridades de nuestro Creador y Redentor. Pero este honor inmerecido por no ser dignos y por hacer poco para llamarnos sus amigos, también es un gran compromiso.
Porque ser amigo de JESÚS es vivir plenamente y testimoniar un Amor sincero y solidario para con los hermanos, especialmente con los más necesitados. Por eso es que hoy es el día para pedir la fuerza del Espíritu Santo, y así podamos asumir grandemente esta tarea, de construir en todas partes comunidades humanas donde todos nos valoremos y no queramos, no por lo mucho o lo poco que tengamos, sino porque todos somos Hijos de DIOS.
Señor JESÚS, Tú que nos consideras amigos y no siervos y nos amas hasta el extremo, con el mismo AMOR, que el PADRE Te AMA, Haz que nuestras vidas sean fecundas en servicio y entrega hacia los demás y de esta manera el mundo perciba Tu Misericordia hacia cada uno de nosotros. Amén.
Luis Perdomo
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