En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa.

Reflexión del Evangelio

La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Atanasio. Obispo egipcio y Doctor de la Iglesia, nacido en Alejandría, Egipto, en 279 y fallecido en la misma ciudad el 2 de mayo de 373. Llegado a la adolescencia, estudió derecho y teología.

Se retiró por algún tiempo a un yermo para llevar una vida solitaria y allí hizo amistad con los ermitaños del desierto; cuando volvió a la ciudad, se dedicó totalmente al servicio de DIOS. Fue el más acérrimo defensor de la doctrina ortodoxa cristiana, combatiendo principalmente, contra el arrianismo.

En la liturgia del día meditamos los textos: Hch 15,7-21; Sal 95; y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, según San Juan capítulo 15, del verso 9 al 11. En el que JESÚS, les insiste a sus discípulos en la necesidad de permanecer en Él por el Amor, correspondiendo así al AMOR del Padre, con el que Él nos ha Amado.

Se trata de una permanencia dinámica y activa en el ejercicio del Amor. Es el llamado «círculo virtuoso del Amor», por el que se permanece en el Señor actuando y amando de la misma manera en que Él nos ama.

Recordemos que, San Juan define a DIOS como AMOR. Por eso podemos comprender la Vida Trinitaria como una perfecta COMÚN-UNIÓN de AMOR que todo lo Crea, Salva y Santifica. Ya que, el AMOR del Padre y del Espíritu Santo Genera al Hijo-Salvación y el AMOR del Padre y del Hijo Genera el Espíritu Santo, Santificación.

Lazo Comunicante

Lazo Comunicante que es iniciada por El Padre, en quien todo tiene origen y JESÚS que Es Su Raciocinio y Portavoz, nos los explica de manera simple: El Padre AMA al Hijo porque «Permanece» en SU AMOR, observando Su Mandamiento, y Cristo AMA a los suyos con el mismo AMOR que Recibió del Padre y en el que los suyos pueden permanecer si observan el Mandamiento de su Maestro.

Lo que nos lleva a expresar algo paradójico, pero para que el hombre pueda amar a DIOS, debe antes que todo, dejarse AMAR por Él, porque amar a Dios nunca es iniciativa humana, es siempre una respuesta a un Don. Ya que, cuando hay Amor, el cumplimiento del mandamiento se vive con alegría, e incluso el sacrificio puede ser alegre, y sereno.

Por eso es que el tema de la alegría y su relación con la fiesta, tan común en el Antiguo Testamento, es utilizado también por JESÚS: «Les digo esto para que mi alegría esté en ustedes y vuestra alegría sea plena» (Jn 15,11).

Respuestas rápida de Jesús

Al confrontarnos con el texto, obtenemos una respuesta rápida de JESÚS, ya que, Él nos dice que, si permanecemos en Su AMOR, se proyectará la alegría y el entusiasmo en cada momento de nuestras vidas, porque Su alegría estará en nosotros y así nuestra alegría llegará a la plenitud de la Felicidad.

Por lo que, ninguna contrariedad, ni ningún problema por muy grande que sea, será capaz de destruir o arrancarnos la Alegría que viene del AMOR de Cristo.

Es esa Fuerza la que nos permite decir, que, «Amor, obediencia, alegría» podrían ser la síntesis de la reflexión de hoy. Ya que, primero viene el AMOR de JESÚS hacia nosotros; pero a su vez Él es el Amado del Padre.

JESÚS obedece al Padre y nos AMA hasta la Muerte en Cruz, lo que genera el «círculo virtuoso del Amor», al que ya nos hemos referido, y con el que el Maestro nos introduce en la intimidad de la Divinidad.

Experimentar la alegría

Pero para poder experimentar la alegría de sabernos amados por DIOS, tenemos que tener la disposición de cumplir Su Mandamiento de Amor, que está enmarcada en la exhortación que nos hace JESÚS: «permanezcan en Mi AMOR».

De allí que hoy sea el día para pedirle a DIOS que nos dé, la gracia de Su Amor y la alegría de permanecer fieles a Él, y que nuestras actitudes y nuestras acciones revelen al mundo el Amor Misericordioso de DIOS Padre, que envió a Su Hijo al mundo, para dar Su Vida por AMOR y con su sacrificio pudiéramos experimentar la Alegría en este mundo terreno, como un preámbulo del Gozo del Banquete de la Vida Eterna.

Señor JESÚS, ayúdanos a permanecer en Tu Amor, para experimentar el gozo de la fidelidad a Tu Palabra, y con la Fuerza de Tu Espíritu podamos imponernos al desaliento y a la autosuficiencia del mundo, que tanto daño nos hacen.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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